La búsqueda de Jaime Gómez Aguirre terminó ayer a las 10.30 de la peor forma posible. El cuerpo sin vida de este vecino de Maluenda fue encontrado en la parte alta del municipio, a poca distancia del casco urbano. Estaba casado, tenía 67 años y dos hijos. 

Decenas de voluntarios del pueblo lo buscaban desde el jueves por la tarde. Según explicó la alcaldesa de Maluenda, Carmen Herrero, fueron tres septuagenarios que habían salido a dar un paseo para ver si lo veían los que localizaron el cadáver. Estaba en la era La Cruz, debajo de los restos del castillo.

Fuentes de la Guardia Civil señalaron que se están investigando las causas del fallecimiento, así como el momento en el que se produjo. A última hora de la mañana, la autoridad judicial ordenó el levantamiento del cuerpo que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Aragón para practicarle la autopsia. 

Unas 200 personas, entre profesionales y voluntarios, peinaban el término municipal desde las 8.00 de ayer, cuando se reanudó la búsqueda. "Al ser fin de semana era mucha la gente joven que estaba participando", explicó Herrero. 

Este sábado iba a ser una jornada festiva en el pueblo por la celebración de ‘Crónicas de Maluenda’, que fue suspendida en señal de duelo. Los vecinos recrean en esta cita cómo era la vida allí entre mediados del siglo XIX y principios del XX. Por esta razón, son muchos los que tenían previsto guardar fiesta y ayer no dudaron en engrosar los grupos de rastreo. 

Inspeccionaron acequias, caminos, fincas, casetas de campo… Y no solo de Maluenda, sino también en parajes próximos, en los términos colindantes de Paracuellos y Velilla de Jiloca. El viernes se buscó también en el río Jiloca. Ayer se había programado volver a pisar lo andado el día anterior y ampliar el radio de búsqueda, aunque por las condiciones físicas de Jaime parecía complicado que pudiera haber llegado tan lejos. 

El fallecido había sido agricultor y estaba jubilado. El jueves salió de casa a la 9.00. No se había tomado la medicación que tenía prescrita y no regresó a comer, lo que alarmó a la familia. Esa misma tarde comenzaron las labores para encontrarlo. En estos tres días han tratado de dar con él: efectivos de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, Seprona, el Servicio Cinológico y el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de Huesca. También bomberos de los parques de la DPZ en Calatayud y Caspe, voluntarios de Protección Civil de la comarca y vecinos. 

"Era un hombre prudente, trabajador y muy buena gente", dijo la alcaldesa. Una opinión compartida en el pueblo, que se volcó en ayudar a la familia y en arroparla tras el fatal desenlace.