Un altar de ida y vuelta

La parroquia de Épila estrenará altar el 16 de noviembre y regala o vende el actual.

El altar antiguo de Épila, que data de 1987
Un altar de ida y vuelta

“Altar estilo pecho paloma en perfecto estado se vende por ser de un estilo que no pega con el entorno”. Este curioso anuncio se podía encontrar en internet hasta hace unos días, colgado por el párroco de Épila, Miguel Ángel Barco.


La razón de esta venta es que la iglesia Parroquial de Santa María la Mayor de Épila estrenará un altar el próximo 16 de noviembre que sustituirá al actual, adquirido por el anterior párroco en 1987 y fabricado por un procedimiento de modelos en serie para abaratar costes. “Cuando se cambió el altar para dirigirse a los feligreses, se compró una cosa sencilla, de purpurina y estilo pecho paloma, es decir, con forma abombada,”, explica el actual cura de Épila. Era una solución provisional, “las autoridades me han pedido muchas veces que lo cambie”, indica, y desde 2008 existía el proyecto del nuevo altar, pero la falta de financiación impidió que se realizase hasta ahora.


El nuevo es de estilo neoclásico, en consonancia con el resto del templo y hace juego con el retablo, del que imita sus columnas. Estas, además, permiten que se pueda ver el antiguo altar de piedra, el utilizado hasta el cambio de liturgia promovido por el Concilio Vaticano II. En su inauguración se espera la presencia del arzobispo de Sevilla para bendecirlo y consagrarlo, como parte de un homenaje al cardenal José María Bueno Monreal, nacido en Zaragoza pero ligado a Épila por lazos familiares.


El cambio se realizará dentro de unos días, pero Barco ya está pensando en el uso que se le dará al anterior. “El párroco de Longares nos lo pidió, pero es desproporcionado para el espacio que tienen”, asegura. Sus tres metros de largo no son fáciles de encajar en cualquier parte. Sin destino seguro, decidió poner un anuncio en internet para buscar un interesado. “No es valioso, no es patrimonio, pero se podrían sacar unos 2.500 euros, lo que ayudaría a amortizar el nuevo”, explica, aunque asegura que si alguna iglesia se lo pide lo cederá gratuitamente.


Lo que no quiere es que termine como barra de bar, “que esas cosas se han hecho”, ni cogiendo polvo en un cuarto. Sin embargo, ha decidido retirar el anuncio durante unos días “motu proprio”. “Todavía no se puede vender, porque sigue en uso hasta el mes que viene, y además el anterior párroco murió en agosto y algunas personas lo consideran como un recuerdo suyo, aunque yo hablé con él y estaba de acuerdo en cambiarlo”, explica Barco. Por esta razón ha preferido esperar unos meses, hasta que se realice la reunión del Consejo Parroquial y se tome la resolución entre todos.

Polémica por unas casullas

La retirada del anuncio coincide con la polémica por la venta de unas casullas. El pasado martes, una persona avisó a la Asociación de Vecinos de la localidad de la venta tanto del altar como de las vestiduras sacerdotales, lo que provocó que se hayan pedido explicaciones al Arzobispado de Zaragoza.


“Las casullas son de mi propiedad, soy coleccionista de este tipo de objetos y el Arzobispado ya lo sabe”, asegura Barco. En consecuencia, cuando retiró el anuncio del altar decidió no eliminar los relativos a estas prendas: “Si estuviera cometiendo una ilegalidad ya lo hubiera eliminado”, subraya. El párroco señala una venganza personal como origen de la alerta, por parte de una persona que trabajó con él, y asegura que guarda las facturas de compra de las antigüedades.


Se trata de un total de seis casullas, un cubrecáliz y unas cortinillas de sagrario, que puso a la venta el pasado lunes. “Compro piezas antiguas, por ejemplo en Ebay y, con ayuda de unas cuantas mujeres, las complementan con las partes que se salvan y a lo mejor de tres o cuatro casullas hacemos una”, explica.