El resurgir del castillo de Ayud

El Ayuntamiento bilbilitano ha organizado visitas guiadas al castillo Mayor o de Ayud, una de las fortificaciones del conjunto de construcciones militares andalusíes más antiguo y extenso de la Península
 

Los asistentes a una de las visitas guiadas escuchan las explicaciones del guía.
El resurgir del castillo de Ayud
Silvia Lacárcel

El interés por el patrimonio monumental de su ciudad, la curiosidad por ver de cerca una silueta que forma parte del ‘skyline’ bilbilitano o recordar buenos ratos de la juventud y la niñez que discurrieron entre los torreones y las murallas de esta fortaleza llevaron ayer a muchas personas hasta el castillo Mayor de Calatayud. Desde el área de Turismo del Ayuntamiento se habían programado dos visitas guiadas gratuitas con ida y vuelta en autobús. Se completaron, y hubo visitantes que llegaron con sus coches, de manera que se superaron las previsiones y algo más de un centenar de personas recorrieron este espacio entre muros de tapial con más de mil años de antigüedad.


"El balance es positivo, y eso nos hace pensar en ampliarlas", comentó José Manuel Gimeno, concejal de Turismo. La iniciativa se lanzó una vez terminados los trabajos de consolidación que se han ejecutado en el castillo Mayor o de Ayud. Es uno de los cinco que forman este conjunto fortificado, uno de los ejemplos más antiguos de la Península de construcciones de arquitectura militar andalusí. Como explicó Jorge Pérez, el guía, hay más dudas que certezas sobre la fecha en la que se levantó, y eso que han sido varios los autores que han investigado y han dejado escrita su teoría sobre cuál fue el origen de las distintas estructuras que han sobrevivido de este complejo de torres, murallas y castillos.


Las intervenciones para su conservación han sido escasas, siendo la primera la que se llevó a cabo en 1981 en la puerta Emiral. En 2008, la ejecutada por el Gobierno de Aragón en el torreón Oeste cambió su aspecto. Y a lo largo de 2010 y durante el último año, han continuado las obras de estabilización y recubrimiento de los muros y fábricas en la zona sur, dejándolo más seguro, accesible y visitable.


Esta última inversión ha alcanzado los 315.000 euros y ha corrido a cargo del Instituto de Patrimonio Cultural, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Estas visitas, que se repetirán el próximo sábado, tienen entre sus objetivos mostrar el resultado de estos trabajos a los bilbilitanos. "Es uno de los elementos arquitectónicos más importantes de Calatayud y tiene gran valor histórico. Conociéndolo pueden convertirse en embajadores del turismo de la ciudad", opinó Gimeno.


Desde lo que fue el foso o el patio de armas de esta fortaleza, que en el año 862, en el emirato de Muhammad I, se refortificó y después se convirtió en residencia del gobernador, se tienen unas vistas privilegiadas de un extenso territorio de la comarca. Era uno de los puntos estratégicos para vigilar y controlar al posible enemigo en el área del medio y bajo Jalón, y formaba parte de una red de torres y fortalezas, de las que –como señaló uno de los participantes en la visita– todavía quedan algunos restos en enclaves elevados de Ateca, Somed, Maluenda, Belmonte, Armantes o las hoces del río Jalón. "Entre Zaragoza y Toledo esta era la plaza más importante", añadió lo que explicaría la extensión de este conjunto fortificado islámico, que es desde 2007 bien de interés cultural en la categoría de monumento.


Subir hasta este castillo permite captar una panorámica de toda la ciudad y de su trazado urbano. Sus torres mudéjares, sus barrios, que –como explicó Pérez– crecieron hacia la vega en torno a dos barrancos, las casas cueva y construcciones que forman parte de la identidad de los bilbilitanos como la ermita de San Roque. "Vivimos de espaldas al castillo porque, como nos han contado en esta visita, la ciudad creció en torno a esas murallas, pero es uno de los elementos que más se ve al pasar por la autovía Madrid–Barcelona o en el AVE", destacó Gimeno. Próximamente, volverá a estar iluminado.