Paseo en bici por la huerta zaragozana: mucha alfalfa, mucho maíz y poca hortaliza

Treinta personas han conocido el patrimonio agrícola de Juslibol, Alfocea y Monzalbarba.

Paseo en bici por la huerta zaragozana
Paseo en bici por la huerta zaragozana_3
PLATAFORMA POR LA HUERTA ZARAGOZANA

Este domingo, un grupo de unos treinta ciclistas ha recorrido 25 kilómetros en bicicleta para conocer mejor el patrimonio agrícola del entorno de Zaragoza y las opciones que puede tener la agricultura ecológica en la zona.


El 'II Paseo en bici por la huerta zaragozana' ha pasado por los barrios rurales de Juslibol, Alfocea y Monzalbarba, lugares donde los hortelanos y vecinos de toda la vida han recibido a los ciclistas para explicarles la transformación que han sufrido sus campos en los últimos años. La ruta ha sido organizada por la Plataforma por la Huerta Zaragozana e impulsada por los colectivos ciclistas Pedalea, La Ciclería, Recicleta, y Bielas Salvajes.


En Juslibol, Santiago, un vecino de unos 80 años, ha relatado a los ciclistas cómo ha ido desapareciendo el cultivo de hortalizas para dejar paso a las grandes extensiones de alfalfa y maíz. Según ha explicado, en Juslibol ya solo queda un vecino dedicado al cultivo de hortalizas. Por eso, ha insistido a los visitantes en la necesidad de que los consumidores se conciencien y apuesten por los productos de la tierra. "Hemos visto que había algunos campos de patatas pero, efectivamente, lo demás era todo alfalfa", contaba a posteriori Julia, miembro de la Plataforma por la Huerta Zaragozana.


Tras pasar por el Galacho, el grupo se ha dirigido pedaleando hasta el mirador de Alfocea para contemplar todo el paisaje agrícola que rodea la ciudad. José Ángel, hijo de un vecino de Alfocea de toda la vida, les ha explicado cómo antes todos los campos de la zona pertenecían a una misma familia que cada año daba trabajo a cerca de 60 personas. Con el tiempo, se han convertido también en terrenos de alquiler para el cultivo de la alfalfa y el maíz y la hortaliza ha desaparecido prácticamente del mapa.


José Ángel y su hermano están intentando recuperar las variedades propias de Alfocea a través de semillas que puedan haber conservado los vecinos, además de recoger la sabiduría y las técnicas que aplicaban sus padres y abuelos al trabajar la tierra, para que no caigan en el olvido. "Nos ha explicado que ahora parece que la gente joven vuelve al pueblo a cultivar tierras y que parece que hay cierto interés y hemos estado debatiendo sobre por qué ha ido desapareciendo la hortaliza y los problemas a los que se enfrentan los hortelanos, incapaces de competir con los precios tan baratos de productos que llegan de otras regiones y países", relata Julia.


A continuación, el paseo en bici les ha llevado hasta una de las torres agrícolas de Monzalbarba, donde Ángel Tomás les ha contado la importancia del patrimonio cultural y arquitectónico ligado a la agricultura. "Todavía se conservan por aquí muchas acequias históricas de la época de los romanos", ha desvelado. También en Monzalbarba se fueron perdiendo los olivos para dejar paso a la alfalfa y al maíz de la misma forma que en Juslibol desapareció la remolacha azucarera que llegó a dar tanto trabajo en la zona.


A por un cambio de modelo

La ruta ha finalizado en la pasarela del Voluntariado más de cinco horas después de su hora de inicio. Desde la Plataforma por la Huerta Zaragozana explican que el objetivo de estos paseos es que los zaragozanos sepan valorar "la gran riqueza que tienen por la cantidad de terreno fértil" que hay en los alrededores. Julia ha querido recordar que estos campos eran la 'despensa de Zaragoza', la principal fuente de alimento, y ha lamentado que haya dejado de ser así debido al cambio de modelo productivo. "El sistema alimentario está montado de forma que los productos de fuera son más baratos y los hortelanos no pueden hacer frente a esos precios. Queremos que se valore que este paisaje tiene posibilidades para que volvamos a comer de forma más sana y productos frescos y de calidad".


La Plataforma insiste en que el consumidor tiene que ser el principal motor de cambio y pide un esfuerzo también a la administración y a los comerciantes. "Debe haber un esfuerzo desde todos los ámbitos. El consumidor a la hora de elegir los productos que consume. La administración apoyando a los productores, la formación de nuevos agricultores, y la comercialización de productos agroecológicos. Fomentando también su consumo en colegios y comedores".


Precisamente el proyecto Huertas Life Km0 del Ayuntamiento de Zaragoza e impulsado mediante financiación europea pretende formar y facilitar el acceso a las tierras a 25 agricultores ecológicos en los próximos tres años. Este jueves se presentará el proyecto a las 19.00 en el Centro de Historias de Zaragoza y se explicará el funcionamiento y el proceso de selección para ingresar en la escuela de formación de agricultores que se pondrá en marcha el próximo mes de septiembre. A continuación habrá una degustación de productos de la tierra.