Miles de productos buenos para el consumidor y para cambiar el mundo

La Lonja de Comercio Justo reunió en la plaza del Pilar a cientos de personas que quisieron mostrar su cara más solidaria

Cientos de zaragozanos acudieron ayer a la Lonja de Comercio Justo en la plaza del Pilar.
Cientos de zaragozanos acudieron ayer a la Lonja de Comercio Justo en la plaza del Pilar

Cremas de aceite de rosa mosqueta de Chile o de manteca de karité (Burkina Faso), productos infantiles elaborados con caléndula de Perú, cacao, café, galletas, miel, mermeladas de todo tipo, camisetas, collares... Todo esto y mucho más pudo comprarse ayer en la Lonja de Comercio Justo instalada en la plaza del Pilar y que, un año más, se celebró con un objetivo: concienciar a los ciudadanos de que hay una economía alternativa que puede hacer cambiar el mundo.


La Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), que engloba a decenas de entidades que trabajan en la cooperación al desarrollo, quiso celebrar así el Día Mundial del Comercio Justo y logró que cientos de zaragozanos se unieran a esta fiesta solidaria y compraran algunos de los productos que allí se ofertaban. El Ayuntamiento de Zaragoza colaboró con la instalación de carpas."100% libres"

"Intentamos hacer llegar a los ciudadanos el Comercio Justo sacándolo a la calle. Hablamos con ellos y les explicamos de dónde vienen los materiales", explicó Javier Parcero, coordinador de la tienda Suralia que la FAS tiene en el Centro Joaquín Roncal. Porque cada producto tiene una historia: son 100% libres de multinacionales, de explotación infantil, desigualdad de género, salarios indignos, transgénicos...


Parcero insistió en que estos productos están al alcance de los aragoneses durante todo el año en las tres tiendas permanentes que hay en Zaragoza y algunas temporales y desde hace poco en la web www.suralia.es (financiada por la DGA).

En la Lonja de ayer, voluntarios de Adeco, Ayuda en Acción, Cáritas, Familias Unidas,Medicus Mundi, Oxfam Intermón, Proyde yPueblos Hermanos animaban a los zaragozanos a comprar un poco de un nuevo futuro para los países más desfavorecidos.


Isabel se animó a comprar café. "Lo hago por colaborar. Aunque a lo mejor vale un euro más, es un café de calidad y la diferencia de precio con otros es pequeña", dijo esta zaragozana que no quiso perder la oportunidad para animar a todos los grandes supermercados (algunos ya lo hacen) a que instalen pequeños apartados de Comercio Justo en sus instalaciones.


También hubo música, actuaciones para los más pequeños, batucada, e incluso entrevistas en directo a voluntarios de las entidades. Y para animar al personal y demostrarle la calidad, se repartió de forma gratuita café y galletas a media mañana (de Comercio Justo, por supuesto) y chocolate y pastas, por la tarde.