Lavado de cara antes del retorno del Splash

La monumental escultura se está restaurando troceada en Madrid. Vuelve a la Torre del Agua este verano.

El Splash, en restauración
Lavado de cara antes del retorno del Splash

Los trabajos para devolver el Splash a su lugar de origen, la Torre del Agua, siguen adelante. La monumental escultura de 23 metros de altura y unos 9 de diámetro se instalará de nuevo en el simbólico edificio de Ranillas este verano, tras seis años oculta y troceada en los almacenes municipales, a la espera de una segunda oportunidad.


Muchos fueron sus posibles destinos, desde el aeropuerto de la capital aragonesa hasta la Estación Intermodal de Delicias, pero finalmente, y gracias en buena parte a la presión popular, los responsables de Expo Zaragoza licitaron los trabajos para su vuelta a su lugar de origen.


Para ello, la obra, diseñada por Program Collective y desarrollada mediante fluidos y dinámicas por Pere Gifre para la Exposición Internacional de 2008, está recibiendo un lavado de cara para que vuelva a lucir como siempre.


Gracias al propio artista, a través de su cuenta de Facebook, se puede comprobar el estado actual de la escultura (como muestra la galería de imágenes), en el que se aprecia la complejidad del proceso de restauración que se está llevado a cabo en un taller de Madrid.


De hecho, el Splash no es un elemento modular destinado a ser desmontado, por lo que su troceado fue un proceso agresivo para la obra que, en cualquier caso, no se apreciará tras su rehabilitación. Eso sí, no podrá volver a desmontarse, por lo que se espera que los zaragozanos y visitantes disfruten de esta enorme gota de agua durante muchos años.


Como novedad, los trabajos de restauración incluyen el lijado, una capa de imprimación y, finalmente, un nuevo acabado cromado en cada una de las 134 piezas distintas que lo componen, hechas de aluminio, que se sujetarán mediante cables a la parte superior de la Torre, y que representan una enorme gota de agua impactando sobre una superficie.


El peso total de la escultura es de unos 3.700 kilos, de los cuales 2.850 kilos corresponden al conjunto central de 35 piezas de grandes dimensiones, que se suspende por seis puntos. El resto de elementos se distribuyen en otros cinco grupos de estructuras circulares y salpicaduras de diversos tamaños.


¿Con la Torre apagada?

Con la vuelta del Splash, otro interrogante se abre en relación a la Torre del Agua: su iluminación. Pese a contar con una impactante instalación de luces en su fachada, el edificio sigue apagado seis años después de la muestra de 2008. Tan solo recuperó su esplendor con motivo del evento de Volkswagen de 2012.


Ahora, aprovechando el retorno de la obra de Gifre, colectivos como la Asociación Legado Expo reclaman que la Torre vuelva a iluminarse. Desde el Gobierno de Aragón, propietario del 98% de la Torre del Agua -el Ayuntamiento participa del 2% restante-, ni confirman ni rechazan la posibilidad de iluminar de nuevo su fachada. "Se está trabajando en la instalación del Splash, en el modelo de gestión de las visitas, y en otras novedades que todavía no se pueden concretar", señalan fuentes de la DGA.