Los cinemómetros han frenado la mortalidad

Desde que se instalaron aparatos de control
de velocidad en el Tercer Cinturón en el año 2006 solo se ha registrado
un accidente mortal.

El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza decidió el pasado viernes mantener la velocidad del Tercer Cinturón y no incrementarla hasta 60, 70 o incluso 80 km/h, como proponía el Partido Popular. Para la Policía Local, lo contrario hubiera sido «muy peligroso», ya que como recuerda en un informe los casi once kilómetros de la ronda, por la que circulan a diario en torno a 40.000 vehículos, tienen características de vía urbana: con más de una docena de rotondas, pasos de cebra, cruces...


Según fuentes del Cuerpo, esta circunvalación es el mejor ejemplo de la eficacia que pueden tener los cinemómetros a la hora de mejorar la seguridad vial. Y lo cierto es que el dato es revelador: el Tercer Cinturón se inauguró en septiembre de 2002, pero los radares no se instalaron hasta 2006, y en esos cuatro años se registraron nueve fallecidos. Sin embargo, esta trágica tendencia se truncó en cuanto se colocaron las máquinas que detectan los excesos de velocidad, ya que desde entonces han pasado casi ocho años y tan solo ha habido que lamentar un accidente mortal.