Un profesor de Veterinaria admite que puso una cámara en el aseo de sus compañeras

La Policía detuvo al docente por un delito contra la integridad moral y el honor y se encuentra de baja.

Facultad de Veterinaria
Un profesor de Veterinaria admite que puso una cámara en el aseo de sus compañeras

La afición por instalar cámaras en los aseos usados por mujeres o niñas en centros educativos está convirtiéndose en algo preocupante. Si hace veinte días era detenido un profesor de educación Primaria del colegio Escolapias Calasanz por colocar un sistema de grabación en el cuarto de baño usado por las trabajadoras del centro, HERALDO ha podido saber ahora que en el mes de febrero fue detenido un profesor de la Facultad de Veterinaria por motivos similares. El docente, que está imputado por un delito contra la integridad moral y el honor, es J. P. L. V. e imparte clases en el departamento de Anatomía.


Los hechos fueron descubiertos el pasado 5 de febrero por una joven que tiene una beca de investigación y que, como otras mujeres del mencionado departamento, utilizaba el cuarto de baño que hay en la planta baja de esa parte de las instalaciones universitarias. Mientras estaba usando el retrete, observó algo muy parecido a una cámara que apuntaba directamente hacia ella. Rápidamente, comentó lo ocurrido y fueron los encargados del servicio de seguridad privada de la propia universidad quienes cogieron el pequeño artilugio y lo llevaron al departamento de informática para comprobar lo que había en su interior. Lo que vieron no les dejó lugar a dudas: se trataba de grabaciones de mujeres haciendo sus necesidades.


El incidente levantó el lógico revuelo entre los docentes de la Facultad, hasta tal punto que cuando se pusieron a preguntar, el profesor J. P. L. V. reconoció que había sido él, según confirmaron fuentes policiales. En un intento de justificar su acción, dijo que estaba pasando por un «mal momento» y apuntó que solo quería ver a una mujer que, al parecer, le gusta. No obstante, ese cuarto de baño es usado por las profesoras y becarias del departamento, pero también por alumnas que pasan por allí y personal no docente. Cinco días después, J. P. L. V. fue detenido en la Jefatura Superior de Policía, donde prestó declaración asistido por un letrado, y quedó en libertad imputado por el mencionado delito, a disposición del juez encargado del caso. Los agentes inspeccionaron otros lugares de la universidad por si podía haber más cámaras.

Desde que se descubrió su fechoría, el docente está de baja médica.


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