El curioso incidente del perro a medianoche... en el barrio de Montecanal

Un perro sufrió la picadura de "algo" en el parque de la Razón. El veneno se le extendió y hubo que amputarle la pata. Los veterinarios barajan la opción de una víbora o una araña.

Nico antes y después de la amputación de la pata
El curioso incidente del perro a medianoche... en Montecanal

Nico es una mezcla de yorkshire con foxterrier que no llega a los nueve kilos de peso. Apenas tiene un año y medio de vida pero ya ha sufrido suficiente. El jueves 19 de diciembre su dueño Emilio lo llevó a pasear, como cada noche, al parque de la Razón ubicado entre Montecanal y Valdespartera. Allí le dejó correr suelto junto a Gunker, el rottweiler con el que comparte casa.


Cuando su dueño les llamó para volver al coche, se percató de que Nico, de repente, cojeaba. Le examinó la pata, pero no vio nada excepto "dos puntitos en la planta del pie" y se pensó que se la habría torcido corriendo. Emilio trabaja de noche, así que dejó a los dos perros en casa y no regresó hasta las siete de la mañana. Para entonces, la pata de Nico ya estaba totalmente morada y la gangrena se extendía hacia el pecho. "Estaba totalmente necrosada. Fría y negra. La tocabas y le salía sangre por toda la piel de la pata. Se le estaba extendiendo y la otra pata también se le estaba poniendo oscura", recuerda Emilio.


"Lo llevé de inmediato al hospital veterinario pero le hicieron una cura y nos mandaron a casa. Al poco tuvimos que volver porque la pata derecha delantera estaba totalmente fría. Me lo dejaron ingresado un mes y al final hubo que amputársela".


Posibles teorías

Qué le provocó a Nico la amputación de la pata es todavía un misterio. En el hospital veterinario enseguida pensaron que la gangrena la provocó un veneno. Barajaron la posibilidad de una mordedura de víbora y también la de una picadura de araña. Lo sorprendente es que ocurrió en un parque público de Zaragoza en pleno invierno y desde ANSAR descartan tajantemente la opción de la serpiente: "No hay víboras en esta zona y además en esta época están hibernando".


Los bomberos de Zaragoza también parecían sorprendidos porque aseguran que nunca han recibido un aviso por una víbora: "Alguna vez una culebra sí, pero víboras no".


Emilio recuerda que en el hospital le dijeron que "el chute de veneno había sido muy fuerte" por lo que ya ha alertado a otras personas que pasean a sus perros en ese parque para que tengan cuidado. "Está muy mal iluminado y no se ve si hay algo ahí pero está claro que algo le picó. Pudo ser un animal de estos exóticos con los que la gente se encapricha y luego abandona por ahí. También pudo haber salido del descampado de al lado, donde iban a construir el cuartel de la Guardia Civil, que lo adecentaron hace poco y movieron toda la porquería. Igual los bichos se pasaron entonces al parque", alerta ese zaragozano.


Débil, pero recuperándose

Ahora Nico todavía sigue recuperándose. Estuvo muy débil, cuando le operaron la infección le empezaba a tocar los riñones y otros puntos vitales y según cuenta su dueño, todavía se niega a comer. "Se quedó medio muerto y ahora se recupera muy poco a poco".


Desde que detectó la cojera en el animal, Emilio se ha gastado 700 euros entre la primera visita, el mes hospitalizado y la amputación. Ahora, tiene que llevarlo cada día a hacerle la cura y después el perro tendrá que someterse a otra cirugía para unir la carne del muñón.