La reconversión del antiguo silo de cereal de Santa Isabel, ubicado en el casco histórico del barrio, parece estar cada vez más cerca de convertirse en un lugar de uso social para el disfrute de todos los vecinos.

La Asociación de Vecinos Gaspar Torrente lleva años detrás de esta reivindicación, aunque desde el pasado mes de marzo la idea tomó impulso después de que Ayuntamiento de Zaragoza empezara a tramitar la solicitud de cesión del silo de la calle de Riego al Gobierno de España, a petición de la Junta de Distrito de Santa Isabel. A día de hoy, sigue siendo propiedad del Departamento del Fondo Especial de Garantía Agraria (FEGA). Sin embargo, en una jornada de puertas abiertas al silo celebrada a finales septiembre, el secretario general de la entidad, Ignacio Sánchez, dejó clara su disposición de ceder el edificio. “La FEGA y la DGA nos están dando tipo de facilidades a través de la consejería de Agricultura”, apunta el presidente de la Asociación de Vecinos Gaspar Torrente de Santa Isabel, José Carlos Faro.

Que la gente conociese el antiguo almacén y propusiese sus ideas de uso fueron los objetivos de la jornada de puertas abiertas que se celebró en la infraestructura industrial el pasado 21 de septiembre. “Ya hemos recibido numerosas proposiciones para darle uso como rocódromo en la torre de los depósitos, salón social, aulario para talleres, almacén para las asociaciones, local de ensayo para grupos de música como los de jota o Batuka o incluso como lugar de entrenamiento para buceo”, explica el presidente del colectivo vecinal.

Sin embargo, este fin de semana se ha puesto en marcha en la página www.santaisabeltuya.com un formulario donde cada vecino puede votar por su uso social preferido. Bajo el lema “Propón tu idea para el uso del silo de Santa Isabel”, se pretende buscar el uso más demandado entre la población del barrio.

En busca de financiación

El silo fue construido en 1957 y es uno de más de 650 almacenes de cereal que se construyeron en España a través de la Red Básica de Almacenamiento. Con la incorporación a la Unión Europea llegó el fin del monopolio triguero y el uso de este tipo de instalaciones cambió. “Hoy está en desuso, solo se utiliza como almacén esporádico de materiales de exposiciones de la Diputación General de Aragón”, explica Faro.

La infraestructura industrial tiene una capacidad para 2.300 toneladas de grano, 20 metros de altura y 3.561 metros cuadrados. Y aunque está en perfecto estado, necesitaría algunas adaptaciones para destinarse al uso social.

“El principal problema que tenemos ahora es la financiación porque el Ayuntamiento no se compromete a conceder una partida económica y es necesario arreglar algunos espacios y contar con el mantenimiento posterior del inmueble”, apunta Faro. “Estamos hablando con algunas empresas que podrían estar interesadas y estamos abiertos a cualquier oferta”, añade.