Pilar Sancho sale todas las mañanas a pasear con su nieta de tan solo unos meses por la avenida de la Ilustración de Zaragoza y apunta que en muchas ocasiones se ve obligada a sortear con el carrito algunos obstáculos provocados por el levantamiento de las baldosas. “Desde hace tiempo se menean y muchas están huecas, lo que es un incordio cuando vas con bebés y un pena porque esta vía es una zona muy bonita para salir a caminar”, critica esta vecina del barrio.

Desde hace varios años, la Asociación de Vecinos Los Sauces de Montecanal denuncia el mal estado de las aceras del barrio. “Pero seguimos pendientes de que nos las vuelvan a arreglar y de que doten de una vez por todas a los plataneros del riego adecuado y necesario”, apunta Rosa Burgos, secretaria del colectivo vecinal. Al parecer, el problema viene provocado porque el riego por goteo que tenían instalado los árboles se obstruyó hace tiempo y las raíces han levantado el firme en su búsqueda del agua necesaria para sobrevivir. “Arreglaron las aceras hace tres años, pero no nos solucionaron el problema de riego y ahora las raíces van buscando el agua hacia las zonas verdes o incluso en los jardines de algunas casas, provocando hasta grietas en las paredes”, detalla la secretaria.

“Yo ya me he tropezado unas cuantas veces porque las baldosas parecen las teclas de un piano. Hay algunas que se mueven mucho”, se queja Pilar Serrano, quien vive en el barrio desde hace 16 años. “Prácticamente, desde que nos trasladamos aquí hemos tenido este problema”, critica junto a su marido José Ramón Martínez.

Falta de luz

El problema del estado del firme aumenta cuando el alumbrado tampoco es el idóneo en algunas vías. Y es que esta asociación también reclama desde hace meses un cambio en la altura de la luminaria de las calles Ermenesinda de Aragón, La Meseta y Martín Díez de Aux porque la existente “es muy deficitaria” por culpa espesor del arbolado. “Esto se solucionaría con una luz a media altura del báculo en vez de podar las ramas año tras año, porque siempre llega un momento en el que no se ve”, explica Rosa Burgos.