Zaragoza

Los vecinos de Miralbueno solicitan más seguridad a las puertas del colegio Julio Verne

El Ayuntamiento de Zaragoza colocó el año pasado tres vallas de contención del tráfico, pero las consideran insuficientes para más de 250 alumnos.

El antiguo Miralbueno II
El antiguo Miralbueno II
M.N.G.

Septiembre es sinónimo de nuevo curso y, como cada año, es tiempo de volver a empezar. Así, mientras los alumnos de colegio Julio Verne (antiguo Miralbueno II) reanudarán la próxima semana el tercer periodo de este centro escolar, la Asociación de Vecinos San Lamberto de Miralbueno, la Junta de Distrito y el Consejo Escolar de este centro zaragozano, volverán a quejarse ante el consistorio por la falta de seguridad a las puertas del colegio.


A principios del pasado año, los colectivos de Miralbueno ya expusieron en el Ayuntamiento de Zaragoza algunas de sus necesidades y preocupaciones en torno a este colegio de nueva construcción. El estado de abandono de los alrededores, el peligro a la entrada y salida del centro por su proximidad al asfalto, la falta de papeleras y contenedores para reciclar, la desaparición de algunas losetas en el parque infantil donde suelen jugar los pequeños por las tardes, así como el reequipamiento de parte del corredor verde fueron algunas de sus principales reivindicaciones.


El consistorio respondió a la solicitud de los vecinos con la colocación de papeleras y contenedores, instaló tres vallas de seguridad a las puertas del colegio, suplió la falta de las losetas y retiró dos casetas abandonadas, localizadas en la inmediaciones, que eran un foco de suciedad.


Sin embargo, ahora quieren que se aumente el número de vallas de contención del tráfico, puesto que solo se colocaron tres, y si ya las consideraban insuficientes para los 180 alumnos del año pasado, para los más de 250 que recibirán clase este año, todavía más. “Cuando las colocaron pensamos que volverían para poner más, pero no fue así. Tres vallas nos parecen ridículas para el número de niños que tenemos en el colegio y deberían de instalar más a largo de toda la acera”, explica la presidenta del AMPA del colegio Julio Verne, Ana Pérez. “Las puertas de acceso y salida se encuentran justo en una esquina que hace cuesta y los coches se ven obligados a acelerar más justo en ese punto, por lo que es peligroso para los pequeños”, añade la presidenta.


Asimismo, estos colectivos también critican la falta de presencia policial para regular el tráfico a las horas de entrada y salida del colegio. “Existe una conducta incívica por parte de algunos padres que dejan los coches en la acera de entrada al colegio donde se encuentra ubicada la parada del autobús, lo cual supone un grave peligro a las horas punta y evitar así las colas de coche aparcados que dificultan la visibilidad y aumentan la inseguridad vial de la zona de entrada al centro, en la esquina de la calle Rallo Lahoz con la calle Íñigo Manuel Marín Sancho”, explica el vicepresidente de la Asociación de Vecinos de San Lamberto, Ricardo Berenguer. “En principio, no tenemos problema para aparcar en los alrededores del colegio y todos nos deberíamos acostumbrar a hacerlo a la hora de recoger y dejar a los niños, puesto que esta acción solo nos cuesta unos minutos más”, critica Ana Pérez.

Julio Verne para el nuevo curso

Los alumnos de infantil de este centro empezaron su proceso de escolarización hace dos años en el colegio Miralbueno I porque las obras del II todavía no estaban finalizadas. El año pasado, una vez terminadas las mismas y con el equipo de dirección ya formado, el AMPA y el Consejo Escolar decidieron cambiar el nombre de Miralbueno II para dotar de personalidad al colegio. Tras varias propuestas por parte de ambos e incluso de la familia Francisco Rollo Lahoz – escultor aragonés que da nombre a una de las calles del entorno del centro-, por votación unánime se eligió el de Julio Verne.


Desde el AMPA cuentan que se propusieron otros nombres como el de “La Garona” o “Matisse”, en un intento de buscar un vínculo con Francia, puesto que es bilingüe en francés. Pero finalmente, se quedaron con el del escritor de aventuras Julio Verne, porque fue el que más aceptación tuvo entre las familias. “Nos pareció muy acertado por las veces que todos hemos leído de pequeños sus libros y porque nos puede dar mucho juego a la hora de montar talleres literarios u otras actividades académicas. Para nosotros, este escritor es sinónimo de imaginación, curiosidad, inquietud científica e historias impresionantes para la infancia y la juventud, y ese es el espíritu que queremos que impere en el centro”, explica la presidenta del AMPA.


En la actualidad solo está construido el edificio de infantil, pero próximamente se empezarán a edificar las aulas de primaria donde los actuales alumnos seguirán formándose en los años futuros.