16.000 pares de gafas tendrán una nueva oportunidad en el Chad. Ahora mismo viajan por mar hasta el país africano, al que llegarán en noviembre, para mejorar la vida de otras tantas personas.

La Fundación Ilumináfrica es la encargada de recoger, seleccionar y enviar las lentes. Las que ahora realizan el periplo hasta su punto de destino se recogieron el año pasado. “8.000 proceden de Zaragoza y las otras 8.000 las enviaron de Madrid”, explica José Antonio Pérez Guillén, vocal de la esta fundación aragonesa. Entre ellas se pueden encontrar tanto gafas graduadas como de sol.

Antes de mandarlas a sus destinatarios, tienen que pasar un proceso de selección. “La gente es solidaria y colabora, pero nos llega de todo: gafas rotas, con los cristales rayados...”, asegura Pérez. Entre el 40% y el 50% de lo que les llega tiene que ser desechado por no estar en buenas condiciones, pero aún así es enorme la cantidad de lentes que se pueden aprovechar.

Las gafas no viajan solas. Junto a ellas, en el contenedor que las transporta, se encuentran los microscopios y el material para quirófanos enviado a los hospitales chadianos de Bebedja y Dono Manga. A ellos acudirá una nueva expedición en la que participarán oftalmólogos, ópticos, enfermeros y anestesistas aragoneses a finales del mes de octubre.

Esta será la vigesimo tercera visita que realicen estos profesionales al Chad, el tercer país más pobre del mundo según el Indicador de Desarrollo Humano de la ONU, desde 2007. A través de estas misiones se han podido realizar unas 2.000 operaciones oftalmológicas de patologías como las cataratas, que producen lo que denominan "cegueras evitables".

"La estación de lluvias dificulta el acceso por carretera en estos meses e impide que puedan acudir ahora al Chad", explica Pérez. Pero Ilumináfrica no descansa por vacaciones. Tras la recogida de gafas que realizó hasta el pasado 15 de julio, ahora es el momento de la laboriosa selección de las lentes que pondrán rumbo al país en un próximo envío.