La caída de las ventas de gafas fuerza una 'guerra' de precios

El auge de las ventas por internet y el descenso del consumo son los principales problemas.

Están fabricadas en su mayoría de plástico inyectado y sin ningún control de calidad óptica
La caída de las ventas de gafas fuerza una 'guerra' de precios

Desde que comenzara la crisis, los precios de las ópticas no han hecho más que bajar y las promociones se suceden en todos los escaparates. Una segunda unidad por un euro más y los conocidos 2x1 en cristales son algunas de las ofertas más suculentas que llevan varios años intentando animar a los consumidores aragoneses. Sin embargo, no parece que hayan terminado de convencer a la población. “Desde el 2008 no han hecho más que descender las ventas en las ópticas, en concreto, alrededor de un 30% en los seis últimos años”, relata Fernando Villacampa, presidente de la delegación de Aragón del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas.


Sin embargo, no todos los productos han sufrido de la misma manera. “Las gafas de sol son las más afectadas, puesto que mucha gente prefiere gastarse cincuenta euros menos y no tener unas de marca”, destaca Villacampa. Por otro lado, el consumo en gafas graduadas también se ha visto mermado ya que “en vez de cambiarlas cada cuatro años ahora se alargan unos dos años más”. Las únicas que se mantienen son las lentes de contacto, en especial, por el auge generalizado de las progresivas, debido al envejecimiento de la población.


“Estamos viviendo una época muy dura, no obstante, parece que ya hemos tocado fondo y que estamos creciendo, aunque muy lentamente”, sostiene Carlos Serrano, presidente de la Asociación de Empresarios de Comercio de Óptica de Aragón. El resultado ha sido claro y contundente en todas las empresas: bajar los precios de sus productos. “Nos hemos tenido que apretar el cinturón, hemos hecho reducciones de precios de alrededor de un 20% además de ajustar personal y sueldos, es la única forma de sobrevivir”, asegura. Sin embargo, la gran mayoría de ellas han conseguido mantenerse. “No ha habido grandes cambios en el número de establecimientos en Aragón”, relata Serrano. Por su parte, Villacampa lo ejemplifica: “En el último año cerró una óptica y abrieron tres, en total dos más se sumaron a las 400 que han en toda la comunidad”.


Todo esto ha provocado una verdadera 'guerra' de precios y, como consecuencia, de calidad. Mientras que las grandes empresas han optado por publicidad en todos los soportes: periódicos, radios y televisiones; las más familiares han hecho lo propio a través de la técnica del buzoneo o con descuentos directos en sus productos. “Hay diferencias abismales en los precios de las gafas, y por lo tanto, también en la calidad que proporcionan”, subraya Villacampa. Por su parte, Serrano considera que es imposible que se puedan hacer reducciones exageradas del 50 o 60% sin que se note en la calidad del producto.

La marca blanca: una opción de futuro

Lo que más encarece una gafa es la marca de grandes diseñadores por ello algunas ópticas han optado por las “marcas blancas”, no tan conocidas pero que cumplen perfectamente su función, e incluso, siguen los estilismos del momento. “También están las de los diseñadores de óptica de toda la vida que no tienen que pagar los derechos de marca y, por lo tanto, salen más baratas”, relata Serrano. Otro ejemplo está en Alain Afflelou, que apostó por crear su propia marca, en la que hace grandes ofertas.


Sin embargo, no todas siguen esta dinámica. De hecho, hay algunas que realizan descuentos solamente en el caso de que se compre gafas de marca. Este es el caso de Opticalia que ofrece dos gafas completas -con montura y cristal- por 99 euros.

Internet, el nuevo enemigo

Con esta 'guerra' de precios en la calle, internet emerge como el 'gran' enemigo para todos los tipos de ópticas. En estas tiendas online se pueden encontrar todos los productos por precios muy reducidos, por ejemplo, unas gafas completas por menos de 40 euros. Aunque verdaderamente el descuento se encuentra en las lentes de contacto. “Es muy fácil rebajar precios puesto que no ofrecen graduaciones ni controles de ningún tipo”, detalla Serrano. Al mismo tiempo sostiene que quizá la única solución es poner un importe para las graduaciones y otro para las lentillas. “De este modo tendríamos precios más competitivos para aquellos que solamente quisieran el producto y se mantendría para los que se les hiciera una revisión”.


Para Villacampa, la única solución radica en regular correctamente la venta por internet. “Es necesario que se controle, ya que un establecimiento online no tiene que cumplir los mismos requisitos sanitarios que uno físico y eso también acaba generando diferencias”. Según el presidente de la delegación de Aragón del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, si no se produce este cambio legislativo “en dos o tres años se va a perder un 80% del mercado”.