El dato, que puede parecer abultado, es sensiblemente menor que en 2011, cuando se 'malgastaron' 29 horas al volante, y se sitúa por debajo de la media nacional, que llega a las 25 horas. El análisis de la fluidez del tráfico en las calles de la capital aragonesa pone de manifiesto el descenso del número de vehículos y de trayectos, generalizado en todo el país por la caída de la actividad económica, según explican los responsables del estudio.

“Siempre ha existido una estrecha correlación entre el estado de la economía y el nivel de congestión del tráfico en las carreteras”, asegura el consejero delegado de INRIX, Bryan Mistele. “Si tenemos en cuenta que el desempleo alcanzó cifras récord en 2012 y la riqueza de los hogares europeos cayó un 13,6%, no es sorprendente que los niveles de tráfico hayan caído de forma tan significativa”, añade.

Como consecuencia, los atascos se reducen en todas la grandes ciudades españolas. La clasificación la lidera Madrid, con 33 horas perdidas (18 menos que en 2011), seguida de Barcelona con 31 horas (-21), Bilbao con 27 (-14), Sevilla con 25 (-20) y Zaragoza con 18 (-11).

Además de una lógica reducción del tráfico motivada por la crisis económica, la ciudad muestra en los últimos años un cambio en los hábitos de circulación, en muchas ocasiones obligado por la política de movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza. La apertura de los cinturones de circunvalación, la pérdida de carriles en el centro y el fomento del transporte público (tranvía, bicicleta...) han mitigado los atascos en las vías más conflictivas.

Sin embargo, todavía quedan puntos negros donde la circulación se congestiona cada día en las horas punta, como en la plaza de Paraíso, los cruces con el eje del tranvía, o los accesos a determinados centros comerciales y polígonos industriales.

También en autopista

A su vez, el volumen de tráfico rodado ha caído en las autopistas aragonesas, y ha vuelto a niveles similares a los de hace una década. El paso de vehículos por los peajes de la AP-2 y la AP-68 ha descendido en 800.000 usuarios como consecuencia de la crisis económica y del encarecimiento del combustible y de los peajes.

Bruselas a la cabeza

El resto de Europa se mueve en función de cómo está afectando la crisis económica. De esta forma, países como Italia, España y Portugal pierden una gran densidad de tráfico, mientras que otros como Bélgica, Holanda y Alemania se mantienen en lo más alto del ranquin de atascos.

Por ciudades, Bruselas, Amberes, Londres y Rotterdam son las capitales donde los conductores más deben armarse de paciencia, con pérdidas de hasta 83 horas de media al año por culpa de los atascos.