Mercado Medieval

La crisis también azota al medievo

El fuerte calor ha marcado la segunda jornada en el mercado medieval. Los comerciantes lamentan las bajas ventas.

Mercado medieval.
La crisis también azota azota al medievo

Con más de 160 puestos de artesanía, alimentación, elementos decorativos, joyería en plata e, incluso, cetrería, el Mercado Medieval ha regresado un año más a Zaragoza. El paseo de Echegaray y Caballero, el Balcón de San Lázaro, el entorno de la Seo y la plaza de San Bruno se han engalanado para recibir a los cientos de visitantes que se han lanzado a pasear entre caballeros y bufones reales y bajo un calor asfixiante.


Pero, como no puede ser de otro modo, la crisis también golpea a este evento. Así lo señalaban días atrás varios artesanos que no participan por las "escandalosas" cantidades que exige la empresa concesionaria, una situación que ha creado división entre el resto de comerciantes. Al final lo han pagado los visitantes, que parece no se están animando demasiado de cara a las compras.


"Este año está siendo muy malo, el peor desde que empezamos a venir hace ya diez años. De dos años a esta parte han bajado mucho las ventas", certifica Ramiro Torres al frente de un puesto de conservas de Santoña.


"Mal van", se lamenta con parquedad Lucía Obedé, al hablar sobre las ventas, desde detrás de un expositor repleto de anillos, colgantes y pendientes de plata, entre otras alhajas. No es el único pero que encuentra a estas jornadas a las que acude desde la primera edición. "Es el año más flojo con diferencia, por todo. Cada vez es menos feria medieval y más gastronómica. Tiene que haber comida, pero no tiene que ocupar todo el espacio. Tendría que haber más variedad", concluye.


Algo más positivo se muestra Jesús Orta, otro veterano en el mercado. "Es normal que, con este calor, la gente se espere hasta que caiga el sol para acercarse. Sin embargo, ayer por la noche, a las 00.30, parecía que no se querían ir a casa", asegura Jesús, quien presume de haber vendido una tabla de olivo al mismísimo Karlos Arguiñano. "Es la que sale en la tele y la que lleva usando 21 años, por eso me la piden mucho. También vendo muchísimo cubierto de cocina", afirma.


Pero, ¿qué piensan los visitantes? Juan Delso, un zaragozano de 33 años que afirma visitar "cada año" el mercado, encuentra los precios algo elevados: "Sobre todo la comida está carísima, aunque el resto de los puestos también son caros. Yo vengo siempre, porque me gusta, pero este año no sé si me voy a comprar algo, primero tengo que mirar bien", asevera.


"Hemos echado un ojo por los puestos y hay cosas caras y otras baratas. La verdad es que en general es todo un poco caro, menos los mojitos", indican entre risas Andrea y Leticia, dos jóvenes de 21 y 22 años.


El mercado permanecerá abierto hasta la madrugada del lunes.