DETENIDO CON LA AYUDA CIUDADANA

"Sospechamos de él porque iba sucio, con manchas de sangre y cortes"

La colaboración ciudadana permite arrestar al marido de la asesinada en la plaza de Los Sitios. Los camareros de un bar de la plaza del Pilar llamaron a la Policía, que detuvo al sospechoso.

Erik Jacobs, camarero de Cioccolatte, relata los hechos junto a Emilia, su compañera de trabajo.
"Sospechamos de él porque iba sucio, con manchas de sangre y cortes"
ESTHER CASAS

La perspicacia de tres ciudadanos permitió ayer la detención de Alejandro Ruiz, quien estaba siendo buscado por la Policía desde el día anterior como presunto autor del asesinato de su mujer, Carmen Cecilia Yandur, perpetrado en la portería del número 1 de la plaza de Los Sitios. Su arresto fue posible gracias a la intuición de una vecina de la plaza del Pilar y de dos camareros de la cafetería Cioccolatte, que sospecharon que el hombre desaliñado, sucio, con manchas de sangre en su camisa y cortes en los brazos podría estar relacionado con el último crimen de violencia de género ocurrido en Zaragoza.

El arresto se produjo a las 13.30 de ayer en la terraza de la céntrica cafetería zaragozana. Apenas un cuarto de hora antes, Alejandro Ruiz, de 49 años, había entrado en el local y había pedido un bocadillo y un zumo de piña. El hombre se situó en el fondo del establecimiento y, con dificultades, se sentó en una banqueta alta junto a la barra. "Llevaba la mano izquierda metida todo el rato en el bolsillo y oculta con la camisa. Iba muy sucio y olía mal, a una mezcla de río, sangre y porquería. Primero pensé que era un indigente de los que vienen por la plaza, pero luego me acordé de la noticia del suceso que acababa de leer en el HERALDO", relataba ayer por la tarde Erik Jacobs, el joven de 21 años.

Emilia, su compañera que avisó a la Policía, explicó que cuando le sirvió el bocadillo y el zumo, le pidió que saliera a la terraza de fuera a comérselo. "Me preguntó si no podía hacerlo dentro y le dije que mejor que no, que olía muy mal", contó. Él asintió con un simple "bueno" y se sentó en una mesa del velador.

Alejandro Ruiz ya había levantado recelos en Erik y Emilia, pero entonces se fijó en él una vecina que vive encima de la cafetería. Carlos, su marido, contaba ayer: "Mi mujer tiene mucha intuición para esto y les dijo que avisaran a la Policía".

La llamada se efectuó a las 13.28 y a las 13.31 ya estaban en el lugar cuatro coches patrulla que prácticamente habían "volado" por la calle de Alfonso I al recibir la llamada de la Sala del 091. Nada más llegar, se dirigieron al sospechoso y lo detuvieron sin que opusiera la más mínima resistencia. Otro grupo de agentes entró la cafetería y registró la zona en la que muy poco antes había estado sentado Alejandro Ruiz. Aparentemente buscaban algún objeto, como el arma del crimen, que aún no ha sido encontrada.

Por el aspecto que presentaba el presunto homicida, es más que probable que pasara la noche en la ribera del río y que se deshiciera del cuchillo arrojándolo al agua. El pasado viernes, tras producirse el hallazgo del cuerpo sin vida de Carmen Cecilia Yandur, los policías ya inspeccionaron los cubos de basura de la plaza de Los Sitios y de la calle de Arquitecto Magdalena, donde vivía el detenido y antes, con él, su esposa. También registraron la vivienda, el sexto piso del número 6 donde se sitúa la portería, y tomaron todo tipo de muestras del cuarto de servicios del número 1 de la plaza de Los Sitios, donde se cometió el crimen.

Acababa de dejar a su marido

Carmen Cecilia Yandur, de 48 años, fue acuchillada repetidas veces presuntamente por su marido, al que acababa de dejar y del que tenía intención de divorciarse. Un vecino encontró su cadáver al mediodía, cuando fue a mirar el cuarto de portería, ante la llamada de otro residente al administrador de la finca porque los cubos de basura seguían en la calle y la conserje no estaba en su puesto de trabajo. Su cuerpo estaba en medio de un gran charco de sangre y, probablemente y a expensas de los resultados de la autopsia, fue asesinada a primera hora de la mañana.

La mujer, que llevaba diez años en España, tenía hijos en Ecuador, su país de origen, de otra pareja distinta de Alejandro Ruiz, con quien no tenía descendencia. En los últimos tiempos trabajaba de asistenta doméstica pero se había quedado en paro. Una pareja amiga le consiguió la sustitución de la portería durante el mes de julio.

Al cierre de esta edición, la Policía no había podido tomar declaración a Alejandro Ruiz ya que lo trasladó al hospital Miguel Servet para que fuera atendido de los cortes que presentaba en los brazos.