Pontoneros acentúa su deterioro sin remedio

El viejo cuartel de Pontoneros se cae a trozos. Este edificio municipal, protegido como de Interés Arquitectónico, acentúa su deterioro sin que haya visos de que un proyecto de inversión pueda frenarlo. Lo último ha sido la caída de unas tejas del alero al patio interior, así como la rotura de varios lucernarios y partes de la cubierta. Esto ha provocado que el agua de la lluvia y las palomas entren sin problemas a un inmueble ya de por sí destrozado.

El Ayuntamiento ha sacado recientemente un contrato de 26.400 euros para que una empresa ejecute la reparación de parte de la cubierta. En concreto, tendrá que reponer la techumbre con teja vieja, retirar los lucernarios y sustituirlos por 28 nuevos. El objetivo es evitar que entren el agua y las palomas que, como dice el contrato, "están dañando la planta bajocubierta". La compañía seleccionada tendrá dos meses de plazo.

Estos trabajos se unen a los que a principios de año se ejecutaron en la fachada posterior del cuartel, y que costaron 17.200 euros. Y a un buen número de obras de urgencia más que se han tenido que acometer en los últimos años para evitar males mayores. El equipo de gobierno municipal dijo hace poco más de un año que si el viejo cuartel de Sangenís –levantado en el siglo XVIII y reformado en 1877– sigue sin recibir una reforma integral que permita darle una nueva vida, habrá que gastar un millón de euros en su consolidación, debido a su deplorable estado de conservación.

Un proyecto atascado

Esa nueva vida no parece cercana, ni mucho menos. Tras los repetidos fracasos del anterior gobierno socialista –planteó una residencia universitaria–, ZEC tampoco ha sido capaz de reunir una mayoría política que respalde su propuesta de hacer miniapartamentos con usos comunes. PP, PSOE y Ciudadanos se han opuesto a este plan en el seno de la sociedad Zaragoza Vivienda, fundamentalmente por su alto coste.

Desatascar Pontoneros fue, precisamente, uno de los supuestos motivos del golpe que dio el gobierno de Santisteve a las sociedades municipales, en las que quitó a la oposición su mayoría de forma unilateral para poder tener el control total de las mismas. Sin embargo, desde entonces (9 de febrero) el proyecto de Pontoneros no ha pasado por el consejo de administración de Zaragoza Vivienda.

El motivo es que ZEC puede aprobarlo allí, pero la financiación que necesita para pagarlo sí que tendría que pasar después por el pleno. El concejal de Vivienda, Pablo Híjar, señala que "sería una irresponsabilidad" sacar a concurso la ejecución del proyecto en Zaragoza Vivienda si luego no se van a poder obtener los recursos para pagarlo.

Como el presupuesto municipal no contempla los 6,5 millones de euros que cuesta, el gobierno ha sopesado la idea de sacarlo adelante mediante la venta de suelo, pero lo ha descartado porque los plazos se irían más allá del mandato del alcalde, Pedro Santisteve. "El problema que hay ahora es que nos cuesta dinero su mantenimiento sin que mejoremos el edificio, no es inteligente tenerlo cerrado si nos va a costar dinero", remarca Híjar, quien descarta que se pueda llegar a un acuerdo con el PSOE en la presente corporación.

Un deterioro que no cesa

Mientras tanto, el edificio seguirá con su imparable deterioro. En su día, el acuartelamiento acogió 15 viviendas. Algunos detalles, como las molduras del techo, aún trasladan a otra época. Sin embargo, las humedades, los cascotes caídos y los desperfectos son lo que dominan en el interior.

Este nivel de degradación se acentúa si se compara con la parte del cuartel que sí que se ha recuperada, que alberga instalaciones municipales y que demuestra cómo podría estar el resto del inmueble.