Gonzalo García Murillo tiene claro que cuando ocurren los accidentes ya no se puede hacer nada por evitarlos, pero lo que no entiende es que luego se eludan las responsabilidades. "Nosotros contratamos un viaje adaptado a nuestras circunstancias, que entre otras era viajar con un hijo discapacitado. Pero en el barco había mucha gente mayor (hasta octogenarios), con problemas de salud y que precisamente quería hacer ese crucero por la tranquilidad que daba no tener que ir todos los días con las maletas cambiando de hotel", explica. Y precisamente fue eso lo que se encontraron él y los 140 viajeros españoles que se embarcaron en A-Rosa Riva.

"Pasamos miedo y corrimos riesgos por haber tenido que hacer una evacuación sin medidas ni protocolos de seguridad o unos simples salvavidas, que se quedaron en los camarotes", explica el zaragozano. Pero ademas, critica la actitud de la mayorista: "Decidieron por nosotros que el circuito lo seguíamos haciendo en autocar, de hotel en hotel, comiendo en restaurantes contratados cada día y sin tener en cuenta las necesidades de alimentación o medicación de cada persona. No nos dieron ninguna opción de repatriarnos a España".

Reprocha al representante de Panavisión Tours que iba con ellos que dividiera en Viena a todo el pasaje en tres grupos, lo que les impidió poder organizarse y tomar decisiones conjuntamente. Ya en Zaragoza, se pusieron en contacto con la mayorista, pero esta les respondió que había cumplido con el tour "combinado" contratado. "Eso no es cierto, nosotros contratamos un circuito fluvial y si hubiésemos querido hacerlo en autobús, lo habríamos comprado ya así en origen", puntualiza Guillermo García.

Por esa razón, entre los 41 pasajeros que lograron mantenerse en contacto han decidido demandar a la mayorista y a las agencias de viaje, así como a la naviera alemana. La demanda iba a ser presentada en los Juzgados de Zaragoza ya que la iniciativa la tomaron vecinos de la capital aragonesa que se pusieron en contacto con el abogado Francisco Javier Acín Vinyeta, aunque finalmente la han interpuesto en los tribunales madrileños por cuestiones de competencia.