El incendio de un barco en el Danubio con siete zaragozanos a bordo acaba en los tribunales

El pasaje, formado por 150 españoles, algunos discapacitados, terminó haciendo el circuito ‘fluvial’ en autobús.

Varios momentos del suceso vivido por los pasajeros del A-Rosa Riva en el Danubio.
Varios momentos del suceso vivido por los pasajeros del A-Rosa Riva en el Danubio.
Heraldo

Contrataron un crucero por el Danubio como una "experiencia única" y desde luego que así fue, aunque en las antípodas de lo que esperaban y habían acordado. El viaje tranquilo, cómodo, adaptado a sus necesidades de edad y salud (había octogenarios) o limitación de movimientos, se convirtió en una negativa vivencia derivada, no tanto del incendio que se registró el primer día en el barco, que también, sino por la falta de medidas de seguridad, la improvisación y la actuación de la naviera alemana A-Rosa y del organizador del viaje, la mayorista Panavisión Tours.

Ciento cincuenta españoles embarcaron el 22 de julio de 2017 en el crucero A-Rosa Riva con una perspectiva de un viaje de siete noches entre Linz y Budapest. El segundo día, tras haber atracado cerca de Menks, no habían navegado más de media hora cuando sobre las 12.30 se declaró un incendio en la sauna del crucero. En ese momento, como cuentan los afectados, se percataron de que todas las indicaciones sobre seguridad que el día de antes les había impartido la tripulación sobre cómo actuar en caso de emergencia no eran más que teoría.

"No sonaron las alarmas, no saltaron los sistemas de irrigación, los mensajes por megafonía los daban en alemán y se oían más gritos que otra cosa", recuerda Gonzalo García, que estaba en el barco con su mujer y sus dos hijos, uno de ellos discapacitado y con problemas de movilidad.

El jefe del grupo de turistas español les indicó que fueran a la popa del barco y ahí, en un reducido espacio, con chancletas, pantalón corto y diluviando, sin chalecos ni botes salvavidas, se concentraron los 150 pasajeros y parte de la tripulación, pues la otra se afanaba en apagar el fuego desde la cubierta con mangueras. De hecho, ocho tripulantes tuvieron que ser atendidos por inhalar humo. "Las llamas pasaban dos metros por encima de la sauna", cuenta García.

Media hora después y cuando ya sobrevolaban la zona helicópteros del Club de Automóvil Austriaco pero aún no habían llegado los servicios de emergencias, otro barco se arrimó al A-Rosa Riva y, en una espontánea maniobra de abarloamiento, tendieron una pasarela metálica ­"sin barandilla y resbaladiza con la lluvia" y, de uno en uno, todos los pasajeros fueron evacuados a la otra nave. Poco después, bomberos y miembros del ejército acudían al rescate del crucero y de la tripulación.

Mientras, el barco ‘salvador’ llevaba a los 150 turistas al puerto de Dürstein y de allí fueron trasladados al cuartel de los bomberos de esa localidad, donde fueron atendidos –les dieron comida y mantas y la mediación más perentoria– por miembros de la Cruz Roja y voluntarios.

El incendio de un barco en el Danubio con siete zaragozanos a bordo acaba en los tribunales

Ya por la tarde, autorizaron a los pasajeros a regresar al barco para recuperar los enseres personales, aunque solo una persona por camarote y 10 minutos para recoger el equipaje de dos personas, andando 500 metros por el puerto y bajo la lluvia.

A partir de ese momento, el organizador del viaje, sin dar opción al pasaje, continuó con el tour en autobús y alojando a los turistas en hoteles que improvisaron y sin tener en cuenta los deseos, las necesidades y las circunstancias de cada persona. Así lo hace constar en la demanda que acaba de presentar el letrado zaragozano Francisco Javier Acín Vinyeta en nombre de 41 pasajeros. Cada uno pagó entre 2.000 y 2.500 euros por pasaje y está reclamando el precio del billete más una cantidad de entre 750 euros y 1.200 por daños morales.

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