Calles repletas para escuchar los primeros redobles de las procesiones zaragozanas

El cardenal Omella apunta en su pregón de Zaragoza que las celebraciones son "una forma de hacer pública confesión de la fe".

Representantes de las 25 cofradías zaragozanas participaron ayer en la procesión del pregón. En la imagen, por la calle de Alfonso I.
Representantes de las 25 cofradías zaragozanas participaron ayer en la procesión del pregón. En la imagen, por la calle de Alfonso I.
A. Navarro

Hasta una hora antes de que se abrieran las puertas de Santa Isabel había público arremolinado en la plaza del Justicia ávido de escuchar los primeros redobles de la Semana Santa. La colorida y vistosa procesión del pregón –en la que participan todas las cofradías entremezclándose sus hábitos, capirotes y estandartes– salió puntual a su cita con los zaragozanos, que la acompañaron durante casi dos horas por las calles del Casco Histórico antes de desembocar en la plaza del Pilar, donde el cardenal Juan José Omella pronunció el pregón que abría oficialmente las celebraciones.

Zaragoza ya suena a Semana Santa con el pregón

El prelado turolense agradeció la presencia del público al que felicitó por su "resistencia contra el frío y el viento" y al que recordó que las procesiones son una forma de "hacer pública confesión de la fe de Cristo". Recordó Omella –que el día anterior ya había protagonizado el pregón en Huesca– una estampa que vivió cuando ejercía en el Bajo Aragón y presenció cómo "un calandino ya mayor seguía desde su balcón el desfile de tambores de Jueves Santo y, al pasar la peana con el Cristo en la Cruz, se quitó la boina, hizo una reverencia y se le escaparon unas lágrimas". Con esta estampa invitó a los presentes a "amar más y más el ejemplo de Jesucristo" y a dejarse "seducir enteramente" por su "doctrina salvadora".

Minutos antes había tomado la palabra el presidente de la Junta de Cofradías, Mariano Julve, que leyó una crónica de prensa del pregón de hace 61 años y reflexionó que "se ha enriquecido el cortejo con nuevas cofradías, pero se mantiene intacto el espíritu y el carácter de la celebración". También intervino el deán del Cabildo, Luis Antonio Gracia, que pidió a los cofrades que no solo sean cristianos de bombo y tambor sino que también demuestren su fe en una vida comprometida.

Poco después de que sonara el ‘Bendita y alabada’, los niños de la cofradía de las Siete Palabras –organizadora ayer del pregón– hicieron en el interior de la basílica una ofrenda floral a la Virgen. La expectación en la plaza era enorme y a cada toque de corneta o de tambor se alzaban los móviles para grabar las primeras marchas procesionales con las torres del Pilar de fondo y la noche empezando a caer.

Durante la procesión se disfrutaron de las matracas del Ecce Homo, las carracas de La Entrada y las heráldicas del Silencio. En el nutrido desfile de estandartes y guiones también sonaron por primera vez los tambores de la nueva cofradía de San Lamberto, cuyos hermanos desfilaron con sus capas y capirotes verdes. Por delante restan 52 procesiones en ocho días y hoy, por fin, podrán verse las primeras imágenes en la calles. Entre otras, la borrica de los hermanos Albareda en la emotiva procesión de las Palmas o las tallas que portan de los costaleros de la Humildad.

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