Mejorar la atención de los más mayores y dependientes, y dignificar la profesión de los cuidadores. Es el doble objetivo de Joyners, una joven empresa que en solo 20 meses de vida ya ha consolidado su actividad en Madrid y Barcelona y ahora ha desembarcado en Zaragoza y Valencia. Todo gracias a un 'modelo Uber' basado en las nuevas tecnologías y el trato personal.

A través de su plataforma, los usuarios y familiares que requieran de un servicio sociosanitario pueden solicitar a un profesional titulado que acude a su hogar -o al lugar que necesite- en menos de una hora. Además, pueden valorarle y acceder a las opiniones de otros clientes, pagar con seguridad y de forma legal, comunicarse en tiempo real con el cuidador, consultar el historial del atendido...

Con estos servicios, Oriol de Pablos, responsable de Joyners, asegura que han tenido una “gran aceptación”, lo que les ha llevado a expandirse a la capital aragonesa. Destaca que las familias “tienen todas las ventajas, saben cuándo empieza y termina el servicio, y reciben un informe de cómo se encuentra el enfermo”.

En su primer año de andadura facturaron 311.000 euros, cifra que prevén que se multiplique por cinco en el presente ejercicio. “El objetivo es seguir expandiéndonos”, confiesa el CEO de una empresa que ya cuenta con más de 200 cuidadores adheridos.

Un colectivo profesional que obtiene en este tipo de redes un reconocimiento a su labor. De Pablos enfatiza que uno de sus principales propósitos es el de “dignificar” a un colectivo de trabajadores que “han sido los grandes desatendidos” del sector. “Con nosotros el cuidador, en lugar de tener un empleo rígido y en la economía sumergida, ahora está cotizando y con una gran flexibilidad laboral. Además, nunca van a ciegas a ningún servicio, conocen al paciente y pueden aceptar o rechazar el encargo en función de sus necesidades”, explica.

En este sentido, recalca que “hay muchos profesionales en centros de salud y hospitales con horarios difíciles, y con nosotros pueden cubrir huecos vacíos trabajando de forma legal”, resume, y recuerda que los cuidadores de su red están acreditados y deben contar con alguna de las once titulaciones sociosanitarias que consideran adecuadas para esta labor.

Juegos, bailes, paseos...

Como consecuencia, el tipo de cuidados va mucho más allá que la tradicional asistencia a las personas de la tercera edad. La actividad física es uno de los pilares básicos, y para ello se incentivas diferentes ejercicio deportivo, bailes de salón, programas adaptados de natación, o simplemente paseos.

De igual modo, los cuidadores aplican la musicoterapia como vía de estimulación de la memoria del anciano, así como su expresión corporal y la de sus sentimientos. También se utilizan juegos de palabras y manualidades (dibujo, pintura, modelaje...) que permiten a la persona atendida mejorar sus capacidades.

A todo ello hay que añadir servicios básicos como el cuidado personal e higiene, ayuda para vestirse, recordatorios para tomar la medicación, acompañamiento nocturno tanto en domicilios como en hospitales y residencias, traslados a citas médicas, y comidas, menús y alimentación en general. Dada la variedad de la oferta, las tarifas dependen de las necesidades del usuario del servicio, aunque su precio mínimo por hora parte de los 7 euros.