Una dolina alerta a los vecinos y obliga a desalojar a tres familias de una vivienda en Valdefierro

Tres familias tuvieron que ser desalojadas este lunes en Valdefierro por la aparición de una dolina en el jardín de su edificio, de tres plantas. El suceso ocurrió en el número 33 de la calle del Obispo Peralta, aunque el número 31 también se vio afectado por el hundimiento. Los vecinos detectaron el problema el jueves por la tarde, aunque no avisaron hasta el lunes a las 14.50.

Hasta allí acudió un equipo de mando de Bomberos. También se requirió la presencia de un arquitecto municipal. Al comprobar que el socavón se metía unos metros por debajo de los cimientos, el operativo decidió desalojar a los inquilinos por precaución. Su regreso, según informaron, estará ligado a los resultados de un estudio geotécnico que determinará el alcance de los daños y permitirá saber qué se ha de hacer para arreglar la zona afectada.

Los Bomberos ayudaron a las tres familias a recoger enseres imprescindibles. La previsión es que permanezcan alojados en casas de familiares hasta que se autorice su regreso, que no tiene fecha estimada. Ayer, la mayoría optó por pasar la noche con sus allegados.

José Antonio Domínguez, vecino del número 11 de la calle de Capricornio (pegada al inmueble afectado), aseguró que ya es "la tercera vez" que ocurre. "Antes había una nave y se derribó por lo mismo. Cada vez que ha pasado han arreglado el suelo, pero ha vuelto a abrirse un agujero al cabo de unos años", argumentó.

Según fuentes de Bomberos, este tipo de dolinas suele producirse por filtraciones de una tubería. El agua arrastra la tierra y provoca los huecos que, como en este caso, acaban por dar un buen susto a los vecinos de algunas calles. Valdefierro, recalcó Domínguez, tiene un terreno propicio para estos fenómenos. Prueba de ello es el solar que tiene enfrente de casa. "Debería ser un parquin, pero el Ayuntamiento ha terminado por permutarlo y no edificar", señaló, al tiempo que afirmó que ayer, horas antes de tener que desalojar a los propietarios, ya pasó un geólogo de la Universidad de Zaragoza a inspeccionar la zona.

El hundimiento también afectó al jardín de Joaquín Yagüe. Él mismo ha acordonado parte de la zona verde para evitar contratiempos. "Entré al corral el jueves por la tarde y, al quitar las hojas, lo vi", recordó. De inmediato, avisó al vecino de la planta baja del número 33, que ya estaba al corriente. "Es la primera vez que ocurre en nuestra casa, pero me consta que en la de al lado ha pasado ya varias veces", expuso.

Su mujer Pilar también se llevó un gran susto "al ver semejante socavón". Los augurios no son buenos, ya que el terreno parece "hueco" por debajo, extremo que tendrá que confirmar el estudio.

En 2007, vecinos de un edificio situado en la avenida de Las Estrellas denunciaron un episodio similar. Sus casas comenzaron a agrietarse a los seis años y, al encargar un informe técnico, localizaron una dolina de unos 40 metros de profundidad. Fueron a los tribunales y este pasado mes de julio, tras años de litigios, el TSJA les dio la razón. Constructora, arquitectos y el Ayuntamiento tienen que indemnizarles con 200.000 euros por piso, aunque la sentencia limita la responsabilidad municipal al 20% del total.

Varios días desalojados

Los vecinos afectados permanecerán desalojados varios días hasta que los técnicos municipales redacten un informe que determine las intervenciones necesarias.

El Consistorio zaragozano ha dictado una providencia, en la que se recogen una serie de medidas cautelares con el fin de evitar que se produzcan daños personales, han informado fuentes municipales.

Debido a la exhaustividad del informe y de la posibilidad de que sea necesario otro documento externo geotécnico que estudie el subsuelo, se estima que su redacción se prolongará durante varios días.

Los bomberos y los técnicos del área de Urbanismo visitaron el edificio, en el que parte de los cimientos han quedado al descubierto, acompañados del arquitecto que realizó el proyecto quien, a la hora de diseñarlo, ya contó con que la vivienda se ubicaba en una zona de dolinas, según las fuentes.

Por ello, se construyó el edificio con una losa de hormigón que ha propiciado que no se hayan producido desperfectos materiales graves, una circunstancia que se tendrá en cuenta a la hora de redactar el informe.

Los vecinos desalojados, un hombre y dos matrimonios, se encuentran actualmente acogidos en los domicilios de familiares y conocidos.