Los máximos responsables del Salud y del Hospital Miguel Servet acaban de comparecer ante los medios de comunicación para transmitir tranquilidad a la población y evitar que se extienda una “alarma injustificada”, tras conocerse la detención e ingreso en prisión de una técnica de laboratorio por manipular, presuntamente, quince muestras contaminándolas con la bacteria de la tuberculosis. Su manipulación provocó falsos positivos en esta enfermedad contagiosa, aunque a tan solo un paciente, y a cuatro personas de su entorno, se les suministró tratamiento durante un “corto” periodo de tiempo.

El gerente del Servicio Aragonés de Salud, Javier Marión, el del Miguel Servet, José Manuel Aldámiz, la jefa del Servicio de Microbiología, María José Revillo, y el jefe de Vigilancia Epidemiológica, Juan Pablo Alonso, afirmaron que “ninguna persona ha corrido ningún tipo de riesgo” para su salud “ni directo ni indirecto”.

Javier Marión explicó que la investigación que ha culminado con la detención de esta trabajadora de laboratorio comenzó en marzo al detectarse un número anormalmente alto de positivos. La situación se repitió durante una semana de abril y en esos momentos ya certificaron que los positivos no eran producto de una contaminación accidental sino de una manipulación. La gerencia del Hospital abrió una investigación interna y, paralelamente, se dio cuenta a la Fiscalía Provincial de Zaragoza quien, a su vez, informó a la Policía Nacional.

La doctora María José Revillo hizo hincapié en que “en ningún momento se ha inoculado tuberculosis a ningún paciente” e insistió en que lo que se manipularon fueron 15 muestras –que no significa que sean 15 pacientes- y no ha habido riesgo para la salud pública.