Los municipios del Ebro continúan reparando los daños un año después de la riada

La avenida registrada hace un año "fue terrible", explica el alcalde de Novillas.

La última gran riada del Ebro causó graves daños en Zaragoza. El río pasó por la capital aragonesa con 2.600 metros cúbicos de caudal y más de 6 metros de altura.
Las instalaciones del Parque Deportivo Ebro siguen impracticables un año después de la riada

Los municipios de la ribera del Ebro continúan reparando los daños causados por el río un año después de la crecida extraordinaria que inundó miles de hectáreas a su paso por la provincia de Zaragoza, afectando a los cascos urbanos, infraestructuras municipales, viviendas, explotaciones agrícolas y ganaderas, dañando carreteras y provocando la evacuación de vecinos en poblaciones como Boquiñeni, Novillas o Pradilla.


En declaraciones, el alcalde de Novillas, José Ayesa, ha recordado que la avenida registrada ahora hace un año en la ribera del Ebro "fue terrible", dado que "estuvo un tiempo que parecía que no sería tan grande, pero de repente vino un repunte y en dos horas subió el agua 60 centímetros, entrando por todas las casas" y obligando a evacuar a algún vecino.


Así, en esta localidad aún continúan arreglando las piscinas y las defensas en el puente, donde los operarios se han visto obligados a dejar de trabajar unos días debido al aumento en el nivel de agua. Además, en este año se han llevado a cabo "muchos trabajos, se han arreglado tierras y terraplenes que se llevó el agua y se ha construido una nueva mota".


Ante el anuncio de que podría producirse un repunte en el caudal en los próximos días, los vecinos se encuentran "intranquilos", dado que "tenemos todo hecho reciente y si viene una riada grande corre el riesgo de que falle; estamos preocupados", ha admitido el alcalde, si bien ha estimado que esta avenida "será más tranquila".


En su opinión, en este año "lo que se ha demostrado es que la limpieza que se ha hecho logra bajar el nivel" del agua, "eso se ha demostrado claramente y por ahí tenían que ir los arreglos" que se acometen en el Ebro.Noche en Pradilla

El alcalde de Pradilla, Luis Eduardo Moncín, ha relatado que a finales de febrero del pasado año, tras revisar en varias ocasiones las previsiones, "a mitad de la noche del 27 al 28 el río empezó a crecer y alcanzó los 8,20 metros" en la localidad, donde se desbordó y "tuvimos que hacer un cordón por encima de la mota para que no entrase el agua", que no fue suficiente y se vieron obligados a evacuar a algunos vecinos porque "estaba saltando el agua por las motas".


En los últimos doce meses se han recuperado motas, acequias y caminos, protegiendo el casco urbano, al tiempo que se "han rebajado las dos orillas en el puente, para tener más capacidad de desagüe el cauce y que no suba tanto el nivel del agua".

Todavía están reparando la mota que protege el casco urbano y donde "faltaba de poner la escollera, pero ahora el río ha crecido un poco y esta semana no pueden trabajar" en este punto, ha detallado.


Hasta ahora, "se han reparado daños de la riada en cuatro o cinco puntos del cauce como en Novillas, Pradilla, Boquiñeni o Pina", pero "lo que decimos es que hay que limpiar y mantener el cauce limpio porque si no se forman islas" y provocan que aumente el nivel del agua.


Como ejemplo, el alcalde de Pradilla ha apuntado que aguas abajo de la localidad hay "una isla muy grande" y en ese punto el nivel del agua es "1,2 metros más alto". Ha apostado por limpiar estas zonas e impedir que se formen "o hacer un corte por el centro para que circule mejor el agua". A su juicio, mientras no se ejecute la limpieza y mantenimiento del cauce se están impulsando "parches para que cuando vuelva otra riada se los lleve por delante".


Moncín ha dicho que "ahora desconfiamos mucho de las previsiones, visto lo ocurrido el año pasado" y ante el anuncio de un nuevo repunte en el río tras el temporal "no estamos tranquilos. El año pasado estábamos en el río, pero si nos hubiéramos ido a dormir, al día siguiente estaríamos todos inundados".Red de abastecimiento

En Boquiñeni, las obras para reparar los daños provocados por la riada se llevaron a cabo de manera rápida, asfaltando una carretera y trabajando en una mota. Asimismo, en tres meses se dio solución al problema en la red de abastecimiento de agua potable.


El alcalde de esta localidad, Miguel Ángel Sanjuán, ha recordado que al subir el nivel del río invadió un depósito de gasóleo que se encontraba abandonado y que contaminó toda la red. De esta forma, fue necesario limpiar la infraestructura y "luego casa por casa, toma por toma", eliminar todos los residuos generados por este producto.


Aunque fue un trabajo "muy laborioso, porque había que ir vivienda por vivienda" y durante "un par de meses" tuvieron que instalarse depósitos de agua en las calles, "a los tres meses estaba solucionado".


Sanjuán ha observado que "casi estamos esperando a ver" qué pasa cuando llegue una nueva riada y comprobar si funciona el rebaje en la mota situada en la zona agraria, mientras que la mota principal "se ha reforzado tres o cuatro metros y en su parte trasera se ha levantado metro y medio para defender el núcleo de la población".


Sanjuán ha indicado que la "prioridad" en Boquiñeni es terminar las defensas en unos 700 metros de terreno y "el mayor problema es que hay una mota en una zona agraria que se ha reforzado más y se debería retranquear, rebajar o eliminar".


Esa mota antes defendía el casco de Pradilla, pero ahora la carretera CP-003 permite una "protección artificial", de modo que esa zona agrícola está protegida de manera "más fuerte que la nuestra y llevamos tiempo reivindicándolo", teniendo en cuenta que "nosotros hemos rebajado la nuestra" y desean que "al menos la rebajen y la dejen como la nuestra", ha concluido.

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