Escaleras excesivamente empinadas, letreros poco visibles, portales estrechos, baños mal acondicionados rampas con inclinaciones que impiden la movilidad de una silla de ruedas... Estas son solo algunas de las decenas de deficiencias que presentan los edificios e instalaciones públicas de Aragón, según un estudio realizado por el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Aragón (Cermi-Aragón) con la colaboración del Instituto Aragonés de Servicios Sociales de Aragón.

Durante varios meses, técnicos del Cermi especializados en accesibilidad han examinado ayuntamientos, museos, instalaciones deportivas, centros de ocio y tiempo libre y también muchas propiedades particulares. Su objetivo era comprobar el impacto que en estos lugares tiene la aplicación de la ley 3/1997, de 7 de abril, de promoción de la accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas en Aragón, así como del Decreto 19/1999, de 9 de febrero, del Gobierno de Aragón. Per no solo en materia arquitectónica, sino también en el caso de barreras sensoriales, las grandes olvidadas cuando se habla de accesibilidad.

La conclusión de dicho estudio es que diez años después de la implantación de la ley "queda todavía mucho que hacer, sobre todo en el caso de los edificios antiguos y en las zonas rurales, donde los problemas son todavía mayores. Además, la ausencia de sanciones efectivas y ejemplarizantes, provoca que siga habiendo muchas irregularidades en materia de edificabilidad", apunta Ana María Laplana, responsable del Centro de Apoyo Social de Fundación DFA.

Dentro del estudio realizado por el Cermi, una de las peores notas se la llevan los centros educativos y los museos aragoneses. Así, según una muestra aleatoria en la que se han escogido 23 de los 382 centros de enseñanza primaria, únicamente el 18% son accesibles, frente al 52% considerados inaccesibles. Y las deficiencias se repiten en casi todos: rampas no ajustadas (Calixto Ariño, Zaragoza), edificios de más de una planta que carecen de ascensor (Compromiso de Caspe, en Caspe) o inexistencia de aseos accesibles (Colegio Fuenfresca, en Teruel).

En el caso de los centros deportivos, la mayor parte de las instalaciones accesibles se encuentran en Zaragoza, siendo Huesca la provincia con menos centros adaptados. "Aunque en términos globales se diga que casi el 50% de las instalaciones deportivas son accesibles, en concreto el 47%, la realidad es que la mayoría de ellas se localizan en la provincia de Zaragoza, mientras que los resultados de Huesca y Teruel muestran unos datos francamente malos", apuntan en el informe.

La situación tampoco mejora en el caso de las instalaciones sanitarias. Tomando como muestra seis centros hospitalarios y diez centros de salud de la región, tan sólo el 31% de estos equipamientos son accesibles y el resto, casi un 70%, presentan deficiencias arquitectónicas.

"El tema de la accesibilidad es un problema enquistado al que no se le ha dado la importancia que merece. La gente piensa que afecta a un grupo muy reducido de personas con discapacidad, pero un edificio o una vía con barreras condiciona la calidad de vida de muchas personas, desde madres con carritos, a personas mayores o jóvenes que van cargando una maleta", concluye Pilar Goméz, técnico de Accesibilidad de Fundación DFA.