La inauguración de las obras de restauración de la catedral de Tarazona pende de un hilo. En realidad, se trata de una gruesa maroma: un millón de euros que la empresa constructora (Urcayo) reclama al Gobierno de Aragón, y que los arquitectos responsables de la dirección de obra (el estudio de Fernando Aguerri) se niegan a justificar. Así, la reapertura del templo, que lleva 29 años en restauración y 19 de ellos completamente cerrado al público, sigue sin fecha clara. Y eso que en los últimos tiempos había circulado el rumor de que estaba decidida y no podía ser más simbólica: el 5 de octubre, festividad de San Atilano.

Fuentes del Gobierno de Aragón reconocían ayer a HERALDO que existe "una discrepancia económica con la empresa que está realizando los trabajos, una discrepancia que no está justificada, según los arquitectos, y mientras no esté solventada no se sabrá el día en que el templo volverá a abrir sus puertas. Un millón de euros, y más en los tiempos actuales, es una cantidad lo suficientemente importante como para obrar como lo estamos haciendo".

Con asistencia de la Casa Real

En los últimos días había empezado a tomar cuerpo la hipótesis de que la fecha elegida para la reapertura del templo podía ser la del 5 de octubre, día de San Atilano, en una ceremonia de reconsagración que debería estar presidida por el nuncio del Vaticano en España, Renzo Fratini. En estos momentos la sede obispal de Tarazona está vacía, y Demetrio Fernández, en la actualidad obispo de Córdoba, es administrador apostólico. Previamente a la ceremonia religiosa del día 5, estaba previsto que el día 4 se celebrara una ceremonia laica. Se contaba con que algún miembro de la Casa Real participara en los actos.

Fuentes del Gobierno de Aragón aseguraban ayer que, "en la actualidad, la inauguración de las obras de restauración de la seo turiasonse no tiene fecha concreta. Hemos hablado con la Casa Real, donde hemos encontrado una gran receptividad a la propuesta de que presidan el acto, pero lo cierto es que hasta que no haya fecha concreta no se sabrá nada".

La fase de trabajos que está siendo objeto de esta polémica estaba contratada por un coste cercano a los cuatro millones de euros, y en ella se incluían prácticamente todos los acabados, desde la restauración de las vidrieras a la instalación de los pavimentos, pasando por toda la instalación eléctrica. El sobrecoste de un millón de euros supone un desafse de prácticamente un 25 por ciento sobre lo firmado. Ayer, el arquitecto Fernando Aguerri no quiso hacer ningún tipo de declaración acerca de este punto, y remitió para ello al Gobierno de Aragón.

Las autoridades eclesiásticas, que son quienes fijarán la fecha clave junto al Gobierno de Aragón, también se manifestaban al respecto con mucha cautela. "No sé nada acerca de la fecha de la posible reapertura del templo, de verdad -aseguraba José María Gutiérrez, deán del cabildo-. Yo también he oído lo de los días 4 y 5, pero oficialmente no sé nada. De hecho, me extrañaría que fuera verdad lo de principios de octubre, visto lo que falta por hacer y teniendo en cuenta que el 7 de agosto empiezan las vacaciones todos los operarios de la empresa constructora y no vuelven al trabajo hasta un mes más tarde. Honradamente, no sé si da tiempo". Por su parte, la empresa constructora tampoco dijo nada. HERALDO intentó ayer, sin éxito, que Urcayo diera su versión sobre la situación que se ha generado y los sobrecostos de las obras realizadas, que en principio se achacan a imprevistos y a trabajos que ha habido que realizar y que no estaban contemplados.

Mientras, se sigue trabajando en el interior de la catedral. Sobre este particular sí quiso hablar ayer Fernando Aguerri: "Las obras están casi terminadas -señaló-. Falta completar los pavimentos, instalar los lampadarios, colocar cuadros, montar un retablo ya restaurado, instalar el cuadro eléctrico... Estamos trabajando también en la recuperación de los sistemas de abastecimiento hidráulico de la catedral, que hemos localizado durante las excavaciones arqueológicas, y queremos crear con ellos un parque arqueológico". Allí se quiere hacer también un centro de recepción de visitantes, que va con cierto retraso.

Dos son los aspectos que más van a sorprender al visitante cuando recorra el templo: la decoración pictórica y el coro. Durante los trabajos de restauración se descubrieron pinturas renacentistas que, junto a las que ya se conocían, componen un conjuntó único en su género en España.

Y el coro, que fue desmontado en el 81, se ha reintegrado en su emplazamiento original porque se considera un elemento fundamental y definitorio de cualquier catedral, y en especial de la turiasonense. "Ha quedado muy bien. Se ve que es una pieza reconstruida -señala Fernando Aguerri-. Pero está muy bien".

De ruina a 'Capilla Sixtina'

En menos de una década, la seo ha pasado de encabezar la lista de catedrales en peligro elaborada por la Conferencia Episcopal, a ser calificada como 'la Capilla Sixtina del Renacimiento español'. En los últimos años el Gobierno de Aragón ha invertido casi diez millones de euros en varias fases de trabajo, incluidas en el Programa de Restauración de Catedrales que desarrolla en colaboración con el Ministerio de Cultura, que también ha costeado las obras..

La catedral de Tarazona se remonta al siglo XIII y es un claro ejemplo del gótico francés en Aragón, aunque enriquecido por el mudéjar. Fue declarada Monumento Nacional (hoy, Bien de Interés Cultural) en 1931 y las primeras voces de alarma sobre su estado de conservación se alzaron a principios de la década de los 80. En el 81 se cerró parte del templo para iniciar su recuperación, y diez años más tarde se cerró por completo. Tres estudios de arquitectos se han hecho cargo de los trabajos (José Manuel Pérez Latorre, Ricardo Aroca y Fernando Aguerri) y ha sido éste último el que empezó a ejecutar el plan director que elaboró su estudio.