Aguas Bravas: ríos de adrenalina y emoción

Aragón cuenta con ríos magníficos, algunos totalmente salvajes, para disfrutar de la adrenalina que proporciona descender por aguas bravas. Esta es la mejor época para esta práctica de ocio, que sigue durante el verano en los ríos regulados.

Un trepidante descenso en rafting por las aguas bravas del Gállego.
Un trepidante descenso en rafting por las aguas bravas del Gállego.
Alcorcerafting.com

Con la primavera llega la mejor época para disfrutar de las aguas bravas. El deshielo de las nieves en las cumbres pirenaicas hace que los caudales de los ríos de montaña bajen crecidos, mayencos como se denomina popularmente en muchas zonas del alto Aragón, haciendo referencia al mes en que esto se produce.

La posibilidad de disfrutar de la emoción de los descensos se mantiene durante el verano, ya que muchos de estos ríos se encuentran regulados, por lo que es posible mantener controlado el nivel de las aguas para estas actividades deportivas. Así ocurre con el Gállego, el Ésera o el Cinca. Los ríos que aún permanecen salvajes, como el Ara, se encuentran ahora en el momento de disfrutar del desafío a las aguas.

«El Ara marcha muy bien este año porque el deshielo no empezó hasta principios de mayo, Aquellos que busquen descensos 'cañeros' deben aprovechar ahora», dice José María Martínez, de Eseraventura, empresa de turismo de aventura con sede en Campo, con diversas actividades de aguas bravas. «El tramo de Torla a Broto es uno de los más 'bestias' de España», afirma Tete Mozota, de la empresa TT Aventura Aínsa, que trabaja también en otros ríos salvajes como «el Cinqueta, en Plan, o el Forcas en Bergua». Junto al kayak, el rafting, el hidrospeed, y el open kayak -o canoraft-, son las modalidades ofertadas por la mayor parte de las empresas.

En kayak se exige un cursillo previo al tratarse de una modalidad más técnica y en la que el deportista va unido a la embarcación con un cubrebañera que sujeta las piernas hasta la cintura. «Si el kayak se da la vuelta, el ocupante debe girar con él, en una técnica que se llama 'esquimotaje', por el origen esquimal de esta embarcación», explica Tete Mozota, de la empresa TT Aventura Aínsa. «Si se domina, el kayak es lo más divertido, tiene una navegabilidad muy buena ya que se trata de una embarcación rígida y muy ligera. Se baja a tope, es una actividad para aventureros», señala Martínez.

Para practicar el resto de modalidades no se exige ninguna preparación «aunque antes de iniciar la actividad se ofrecen unas pautas previas para que los usuarios sepan seguir las indicaciones del guía», apunta Cristina Guillén, de Alcorce Rafting, en Murillo de Gállego.

Rafting

La actividad más abierta es el rafting, en el que pueden participar incluso niños a partir de seis años. Se baja en grupos de hasta ocho personas en una barca neumática, con un guía que lleva el timón y da indicaciones para remar a los ocupantes. «También es muy divertido, hay tramos con rápidos, otros donde se cogen trenes de olas muy emocionantes en los que la barca surfea sobre las aguas. Además, el guía sabe cómo manejar la embarcación para hacer que coja velocidad, o se acerque más a las rocas, que vuelque... para que los participantes disfruten según su nivel y siempre manteniendo la seguridad», dice Guillén. Según afirma Martínez, «si alguien se cae tarda poco en volver a la embarcación».

En la modalidad de canoraft u open kayak, la embarcación es hinchable y por eso «más estable y absorbe mejor los golpes de las olas», señala Guillén. Se diferencia del kayak tradicional sobre todo en que «los tripulantes van sujetos por unas cinchas en las piernas, pero pueden librarse de ellas de manera fácil simplemente moviendo los pies si la embarcación vuelca», añade. Si no da miedo estar dentro del agua una modalidad recomendable es hidrospeed.

Hidrospeed

Esta modalidad se practica con una tabla de 20 cm de espesor, rígida o de gomaespuma, sobre la que se apoya el torso del usuario que se sujeta a un manillar. Los deportistas se protegen «con neoprenos que llevan refuerzos en la zona de las piernas por si producen golpes dentro del agua, y se impulsan con aletas», dice Guillén. «En primavera es un súbidón de adrenalina bajar a ras de agua, pero se necesita cierta condición física», añade Martínez.

Paddle surf, el último en llegar

El paddle surf es una disciplina cada vez más de moda que también ha desarrollado una modalidad para aguas bravas. La empresa Solomonte, de Escalona, ofrece paddle surf con guía en el Ésera y el Cinca. «Es más sencillo de lo que parece, no hace falta curso previo», dice Raquel Martos, directora y guía de Solomonte. «Te da una gran sensación de libertad, tiene mucha navegabilidad y estabilidad. Además, al ir de pie ves mucho mejor el recorrido y puedes prever los movimientos. Como no vas sujeto, si vuelcas te vuelves a subir sin más», añade.

Tambien en Teruel: rafting en el Guadalope

La empresa Geoventur se lanzó hace un año a la aventura de ofrecer la práctica de aguas bravas en Teruel. Las han encontrado en Castellote, en el río Guadalope. Comenzaron con 5 km el verano pasado y para este lo han doblado a 10 km. En el tramo que baja de Castellote hacia Abenfigo «ofrecemos la práctica de rafting y de kayak», dice Marcos Jiménez, de Geoventur, que explica la iniciativa de esta empresa de turismo activo con sede en Utrillas «por la idea de innovar y de ofrecer algo más en la zona».

Todo el material técnico (cascos, chalecos, neoprenos, aletas, remos...) es proporcionado por las empresas. «Solo hace falta que traigan bañador, protección solar y, si acaso unos calcetines», afirma Mozota. Son actividades que se desarrollan de manera general durante media jornada aunque también es posible hacer un día completo.

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