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Cierra la céntrica librería Balmes de Teruel acosada por las ventas online y las descargas ilegales

El establecimiento de la calle de San Juan baja la persiana tras 72 años de actividad ininterrumpida.

Javier Gómez liquida existencias por el cierre de su librería Balmes.
Javier Gómez liquida existencias por el cierre de su librería Balmes.
Antonio Garcia/Bykofoto

La histórica Librería Balmes de Teruel cierra después de 72 años de actividad ininterrumpida dedicados a la cultura. El céntrico establecimiento, situado en la concurrida calle de San Juan, no ha podido resistir la competencia de las ventas online de las grandes plataformas y la proliferación de las descargas ilegales de libros. La caída del negocio de papelería por la digitalización de las Administración y de las comunicaciones entre particulares y empresas ha dado la puntilla al comercio regentado por Javier Gómez desde hace 23 años. 

Hasta el escritor superventas Javier Sierra se ha hecho eco en sus redes sociales de la desaparición de popular establecimiento. "Cierra en Teruel una de las librerías de referencia de mi infancia. Qué extraña sensación y qué profunda tristeza la de ver cómo el tiempo lo devora todo. Envío un fuerte abrazo a quienes han mantenido tan alta la bandera de la lectura durante décadas", escribía Sierra en X.

Gómez, que es presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Teruel, se queda en la calle y busca trabajo a sus 59 años. Afirma que no ha tenido más remedio que dar el cerrojazo ante "la bajada brusca de las ventas" por distintas causas, entre las que destaca la competencia online. El librero entró a trabajar en Balmes hace 33 años y, cuando, al cabo de 10 años, sus jefes se jubilaron, le ofrecieron la posibilidad de tomar el relevo. No se lo pensó dos veces y aceptó el reto porque entonces "era un buen negocio", recuerda el comerciante, pero, se lamenta, "ahora no".

El librero señala que se publican muchos libros, pero las ventas digitales son mínimas por las descargas ilegales y "contra eso no se puede luchar". Además, el negocio de papelería que completaba sus ingresos se ha reducido un 90% con las creciente digitalización de las comunicaciones a todos los niveles. Admite que la ubicación de su negocio es "buena, estratégica", pero la clientela se ha desplomado por debajo de lo asumible. 

Por eso hace dos semanas decidió escribir el tuit más "más difícil" de su vida, encabezado por un inquietante "liquidación por cierre". "Hace ya mucho tiempo que la venta de libros no funciona en las librerías pequeñas, así que me veo obligado a cerrar. Durante unas semanas seguiré liquidando lo que tengo, no sé a ciencia cierta cuántas... gracias por vuestra comprensión", publicaba en la red X, antes Twiter.

Su único consuelo es que, a raíz de su anuncio de cierre, ha recibido la solidaridad de multitud de lectores de la ciudad y de fuera de ella, entristecidos por que se apaga una luz en el ámbito de la literatura y la cultura. Entre las muestras de apoyo, la del turolense Javier Sierra.

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