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El regadío para trufas de Sarrión, terminado pero sin conexión eléctrica

Las obras han supuesto una inversión de 18 millones de euros y habilitarán 951 hectáreas regables.

Una de las dos grandes balsas incluidas en el proyecto de los regadíos de Sarrión.
Una de las dos grandes balsas incluidas en el proyecto de los regadíos de Sarrión.
Heraldo.es

El nuevo regadío de Sarrión destinado a la producción trufera está prácticamente terminado y en pruebas, pero no dispone de conexión eléctrica, lo que podría obligar a los usuarios a utilizar grupos electrógenos para bombear el agua necesaria para regar las 951 hectáreas de superficie en la próxima campaña de riego.

Las obras, con un presupuesto de 18 millones de euros, deberían haberse terminado en diciembre de 2023, pero el final se retrasará a la espera de construir la línea eléctrica que abastecerá al regadío y de la culminación de los trámites burocráticos para conectar con la red de distribución de Endesa. El suministro energético es clave en un zona regable que se abastecerá con el agua bombeada de pozos.

Desde el Gobierno aragonés, que aporta 6,7 millones de euros para financiar la zona regable, admiten que durante 2023 "surgieron problemas para la ejecución de la línea eléctrica" que obligaron a aprobar un modificado del proyecto que, además de retrasar el fin de las obras, comportará un incremento de costes de 100.000 euros.

El presidente de la comunidad de regantes de Sarrión, Manuel Doñate, afirmó que a los usuarios les "urge" poner en marcha el regadío para asegurarse la producción de trufa negra en una zona donde la lluvia es escasa. Doñate advierte de que el próximo mes de mayo empezarán a regar las plantaciones truferas, que se han consolidado como el principal pilar económico de la localidad. "Si no hay conexión eléctrica utilizaremos grupos electrógenos, pero de un modo o de otro tenemos que regar", afirma.

Manuel Doñate admite, no obstante, que la solución de los grupos electrógenos no es la mejor porque la electricidad obtenida es mucho más cara –en torno al triple– que la que proporcionaría la conexión con Endesa. Al coste de combustible se suma el del alquiler de los generadores. Pero Doñate explica que los regantes tienen prisa por regar esta primavera para conseguir ingresos con los afrontar su aportación a la creación del regadío, sufragada en su mayor parte por los propietarios de las 951 hectáreas incluidas.

La construcción de la línea eléctrica ha obligado también a un proceso de expropiación para realizar los tendidos con la dificultad de atravesar fincas de propietarios desconocidos. El inicio de las obras del tendido es inminente, según indica una fuente cercana al proyecto, aunque a continuación se abrirá un plazo para conseguir los permisos administrativos para la conexión a la red de distribución.

La creación del regadío, impulsada por los propios truficultores, se puso en marcha hace dos décadas. La empresa pública Tragsa se ha encargado de la ejecución. La primera fase comprendió 617 hectáreas, ampliada con una segunda remesa de 333 hectáreas.

L. R.

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