Los turolenses han cumplido este Miércoles Santo con la tradición de realizar peticiones al Nazareno en la iglesia de la Merced, donde el paso procesional descansa todo el año. En un ambiente entrañable y muy íntimo, decenas de personas han rezado ante la imagen religiosa y han depositado en una urna de cristal sus plegarias escritas en papel.

"Pedimos sobre todo salud", ha explicado una mujer que iba acompañada por su esposo y que nunca antes había acudido a este acto, al que ha calificado como "muy bonito". "Este es un momento para la reflexión, especialmente ahora que vivimos tantas guerras, atentados y gravísimos accidentes", ha subrayado el hombre.

Antonio García/Bykofoto

También un niño, Jaime Zaera, miembro de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Rosario, ha plasmado en una octavilla sus ruegos. Con la inocencia de sus seis años, ha contado con desparpajo y sin rodeos que ha pedido paz para los niños de la Franja de Gaza y también ayuda para aprobar los exámenes y hacer bien sus deberes escolares. Al lado, su madre, Eva Domene, describía la emoción al ver a los cofrades velar la imagen de Cristo al toque suave de un tambor. "Es un acto muy especial y muy querido por todos los que integramos la Hermandad", ha dicho.

Muy apenada, otra mujer ha relatado que está pasando por un mal momento, pero que, aún así, prefería no formular peticiones. "Me parece un poco egoísta rogar por uno mismo y, además, este año estoy en blanco, un poco desconcertada", ha opinado.

Ya de noche, la hermandad ha hecho una pira con todas las papeletas salvo una, que será custodiada por el obispo hasta el próximo año, cuando también será quemada. "Es un fuego simbólico, para que el humo se eleve hasta el cielo", ha explicado la cofrade María Jesús Yuste.