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La recarga del pantano del Arquillo de Teruel, normalizada tras meses de emergencia por la sequía

Gracias a la lluvia de los pasados enero y febrero, el río Guadalaviar pasa de verter 0,5 metros cúbicos por segundo a tres.

El Guadalaviar, a su paso por Gea de Albarracín, poco antes de verter sus aguas en el pantano del Arquillo.
El Guadalaviar, a su paso por Gea de Albarracín, poco antes de verter sus aguas en el pantano del Arquillo.
Heraldo.es

Las abundantes lluvias registradas en los dos primeros meses de 2024 en la cabecera del río Guadalaviar han borrado del mapa el inquietante indicador de "emergencia" por sequía que, en diciembre de 2023, presentaba la entrada de caudales al pantano del Arquillo, que, entre otros usos, suministra agua a la ciudad de Teruel.

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CGJ) catalogaba en el escalón más bajo la entrada de agua a la presa al terminar el año pasado, con un índice de 0,05 en una escala que va de 0 a 1, pero gracias a las precipitaciones de agua y nieve en la cuenca del Guadalaviar durante los pasados meses de enero y febrero, el indicador ha pasado a 0,50 con la calificación de "normalidad". En Griegos, cerca del nacimiento del río, se acumularon 163,8 litros de agua por metro cuadrado en los dos primeros meses de 2024 entre lluvia y nieve.

El caudal del Guadalaviar al entrar en el pantano ha pasado de 0,53 metros cúbicos por segundo en diciembre de 2023 a los actuales 3,12 metros cúbicos. El pasado 15 de marzo alcanzó máximos de 4,12 metros cúbicos por segundo.

El volumen de agua embalsada llegó a caer el pasado diciembre a 14 hectómetros cúbicos –sobre un máximo de 21– y pasó de la calificación de "normalidad" a la de "prealerta" por sequía. Las reservas se mantuvieron, no obstante, en niveles tranquilizadores para cubrir las necesidades de los usuarios, entre ellos la capital provincial.

El concejal delegado del servicio de agua potable, Juan Carlos Cruzado, admite su "alivio" porque la entrada de caudales a la presa del Arquillo haya recuperado la normalidad, aunque señala que la situación de finales de 2023 no generó una alarma particular porque "la clave" es el volumen embalsado, que se mantuvo por encima de la media de los últimos 10 años. Cruzado agrega que, además, el pantano todavía se puede beneficiar de las previsibles lluvias de primavera.

Desde la Comunidad de Regantes de Teruel también señalan que no estaban especialmente preocupados por los indicadores de sequía del Guadalaviar porque la campaña de riegos no empezará hasta el próximo mes de mayo. Añadieron que, con los actuales datos del pantano –al 85% de su capacidad–, las necesidades del próximo verano "están garantizadas". La misma fuente precisa que la presa, previsiblemente, no subirá de su nivel actual porque debe dejar un colchón de entorno a tres hectómetros cúbicos vacío para laminar posibles crecidas del Guadalaviar.

El alcalde de Gea de Albarracín –la ultima localidad por la que discurre el Guadalaviar antes de llegar al Arquillo–, Santiago Rodríguez, explicó que el río presentaba un caudal mínimo en diciembre de 2023, muy por debajo de la normalidad, pero a raíz de las lluvias del inicio de 2024 baja actualmente "crecido", una situación que, previsiblemente, se mantendrá a medio plazo por el deshielo de la nieve caída en la cabecera.

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