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El nuevo plan de sequía de la Confederación del Júcar prevé suplir el agua del Arquillo por pozos

Cuando la presa alcance el nivel de "emergencia", al menos el 50% del suministro procederá de sondeos y se suprimirá el uso para riego.

La CHJ califica de "excelente" el actual nivel del pantano del Arquillo, al 83% de su capacidad.
La CHJ califica de "excelente" el actual nivel del pantano del Arquillo, al 83% de su capacidad.
Javier Escriche

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) acaba de elaborar una actualización del plan de sequía para su demarcación que contempla, en el caso de Teruel, reducir a la mitad la aportación del agua del pantano del Arquillo al abastecimiento urbano cuando el volumen embalsado alcance el nivel de "emergencia", una situación que, afortunadamente, no se vislumbra a medio plazo.

Actualmente, el pantano presenta un indicador de sequía de 0,67 –en una escala de 0 a 1–, correspondiente a una situación de "normalidad" y no pasaría a la de "emergencia" hasta alcanzar un valor de 0,15. Almacena 17 hectómetros cúbicos, el 83% de su capacidad, y proporciona toda el agua que consume la ciudad.

El nuevo plan de sequía, que la CHJ presentará públicamente el próximo jueves, "mira con preocupación la evolución de las precipitaciones". De acuerdo a este documento, cuando el Arquillo alcance la situación de "alerta" –con un indicador de entre 0,30 y 0,15, previo a la "emergencia"–, su aportación para el riego se reducirá entre un 25% y un 50% y este uso se suspendería totalmente en caso de "emergencia".

El nuevo plan de sequía de la CHJ repasa la incidencia de la última grave sequía en la ciudad, registrada entre los años 2017 y 2018, cuando Teruel "fue uno de los municipios más afectados" de toda la Confederación. Señala que la ciudad incrementó paulatinamente su abastecimiento a partir de pozos en sustitución del pantano, que alcanzó un mínimo del 13% embalsado. Esta solución alcanzó a cubrir el 100% de las necesidades urbanas durante 15 días –en enero de 2018–, pero a cambio de un incremento de los costes energéticos del 60% respecto de una situación de normalidad.

El plan de sequía aboga por reforzar los controles de calidad del agua del embalse en cuanto el agua almacenada se acerque a un hectómetro cúbico. La CHJ recuerda al Ayuntamiento que su plan de emergencia por sequía, aplicado en el periodo 2014-2018, "está pendiente de revisión y actualización".

La presentación del plan de sequía coincide con la difusión del informe que hace balance del episodio de gran escasez 2017-2018, que concluye que la extracción de agua de los pozos de San Blas para abastecer a la ciudad no tuvo "efectos significativos" sobre las masas de agua subterránea de las que se extrajeron los recursos, denominadas Hoya de Alfambra, Hoya de Teruel y Arquillo. Los testigos que marcan el nivel de los acuíferos no cayeron de forma sensible con el bombeo.      

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