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Dos pueblos de Teruel se quedan sin agua potable y reciben suministro de los bomberos

El temporal ha enturbiado el caudal del río del que se abastece Lledó, mientras que la falta de lluvias ha secado el pozo de Lanzuela

Los bomberos, en la foto, llevan agua diariamente a la población de Lledó.
Los bomberos, en la foto, llevan agua diariamente a la población de Lledó.
Heraldo

Dos pueblos de la provincia de Teruel se han quedado sin agua potable y reciben suministro de los bomberos. Uno de ellos es Lledó, cuyos vecinos no puedan beber el agua del grifo porque el temporal de lluvias de este fin de semana ha enturbiado el caudal del río del que se suministra este municipio de la comarca del Matarraña.

La alcaldesa de Lledó, María Teresa Crivillé, no ocultó este lunes su inquietud por la falta de agua potable, precisamente ahora que el pueblo celebra sus fiestas patronales y la población se ha triplicado. Según afirmó la regidora, existe una gran preocupación entre los vecinos por esta carencia y todos, sin excepción, han dejado de regar sus jardines "sin necesidad de que el Ayuntamiento emita un bando pidiendo un uso responsable del agua".

No es la primera vez que el pueblo se queda sin agua por la turbidez que aparece tras una tormenta y la alcaldesa pide a las Administraciones ayuda económica para poder finalizar un depósito más grande que el actual que les permita almacenar agua de calidad para más tiempo sin quedar a merced de las consecuencias de un temporal.

A su juicio, el Fondo de Inversiones de Teruel, el Fite, que financian a partes iguales el Gobierno central y el Ejecutivo Autónomo, debería contener partidas "para actuaciones urgentes y de primera necesidad en los pueblos". "Cada vez que hay una riada se nos ensucia el agua", lamenta la alcaldesa. El actual depósito tiene capacidad para 80.000 litros mientras que el que está en construcción podrá almacenar 11 millones de litros.

El río de Lanzuela, seco

Los bomberos también abastecen de agua desde este domingo a Lanzuela, una pequeña localidad en la comarca del Jiloca cuyo río baja prácticamente seco debido a la falta de lluvias en la zona durante todo el verano. El problema no es nuevo y el Ayuntamiento ultima una nueva captación en un pozo subterráneo.

El alcalde de Lanzuela, Daniel Pellejero, confía en que en pocos días la red de suministro municipal pueda estar conectada al nuevo manantial. Mientras tanto, el Ayuntamiento corta el agua desde la medianoche hasta las 7.00 para reducir el consumo todo lo posible.

Pellejero achaca también el escaso caudal del río a la colmatación del cauce con sedimentos. A su juicio, el curso del río debería limpiarse con más frecuencia por la Confederación Hidrográfica del Ebro. No obstante, culpa de la situación "a la extrema dureza de este verano", sin apenas lluvias desde el pasado mes de julio.

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