El proyecto de una central hidroeléctrica reversible de Estercuel acaba de recibir el aprobado del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), aunque el visto bueno llega con sabor agridulce porque se trata de una iniciativa que no puede seguir avanzado ante la falta de autorización para conectarse con la red eléctrica para evacuar la producción. La planta, con un presupuesto de 75 millones de euros y una potencia de 50 megavatios, no supone un impacto ambiental significativo según el Inaga y tendría, de acuerdo a la resolución, un efecto socioeconómico «positivo» al generar 500 empleos durante la fase de construcción y puesta en servicio y 10 durante la explotación.

El proyecto prevé dos depósitos de agua a distinta altura para que durante periodos de exceso de producción eléctrica con energías renovables el excedente se utilice para bombear agua desde la balsa inferior a la superior. Cuando la demanda energética lo requiera, el agua embalsada en la cota superior se turbinará en dirección a la balsa inferior para producir electricidad.

La iniciativa, liderada por la empresa Renovables del Gavilán -del grupo Atalaya-, aprovechará como depósito inferior la balsa creada con las labores de restauración de la mina a cielo abierto de carbón Corta Gargallo Oeste. El agua acumulada en este embalse se utilizará en el proceso productivo y el único consumo hídrico será el destinado a compensar las pérdidas por evaporación.

La balsa resultante de la actividad minera está situada a una cota de 732 metros y alcanza una superficie máxima de lámina de agua de 10,6 hectáreas, mientras que el depósito de nueva construcción se proyecta a 1.030 metros de altitud. Los dos almacenes de agua estarán conectados por una conducción de poco más de tres kilómetros, donde se insertará la central hidroeléctrica.

Tramitación atascada

Desde la empresa promotora, Pedro Machín, lamenta que, tras el aprobado ambiental, el proyecto sufra un parón a la espera de contar con autorización para evacuar la producción eléctrica, que debe llegar del Gobierno central. Una vez llegue este permiso, la empresa eléctrica podrá tramitar la autorización administrativa para construir la central y pedir la licencia de obras municipal.

El empresario señala que el proyecto de la central hidroeléctrica de Estercuel es el único de Aragón con el aprobado ambiental. Sin embargo, la falta de capacidad de evacuación eléctrica paraliza la tramitación. Renovables del Gavilán tramita también proyectos de la misma tecnología en Palomar de Arroyos y Calanda. Entre las tres plantas, suman una potencia de 1.250 megavatios con una inversión de 1.200 millones.

Desde el Ayuntamiento de Estercuel manifestaron todo su apoyo al proyecto de Renovables del Gavilán. El alcalde, Joaquín Lahoz, afirma que se trata de una iniciativa "importante" para el futuro del pueblo debido a la generación de empleo y a la dinamización económica que comportaría. 

El pleno municipal, formado por cuatro concejales del PSOE y uno del PP, aprobó una moción de apoyo al proyecto el pasado marzo y la remitió al Ministerio para la Transición Ecológica y al Gobierno aragonés para pedir que faciliten la construcción de la central. "Esta central puede marcar el futuro del pueblo y pelearemos por ella donde haga falta", afirma el alcalde.

Para Lahoz, todo son ventajas en torno al proyecto de la central reversible, que generará "energía limpia aprovechando terrenos de la antigua Corta Gargallo sin ninguna utilidad y sin afección ambiental". El alcalde indica que "toda la atención" la acapara actualmente el Nudo Mudéjar de Andorra, pero considera que el proyecto hidroeléctrico de Estercuel no debe caer en el olvido.