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Agricultores de la Sierra de Albarracín: "No puedo más; en una noche los ciervos me destrozan el campo de patatas"

La DGA anuncia mejoras en la indemnización por daños de la fauna a cambio de que los afectados vallen sus campos y aporten comida a los animales

Una manada de ciervos se alimenta en un campo de Bronchales.
Una manada de ciervos se alimenta en un campo de Bronchales.
Heraldo

Los agricultores de localidades de la Sierra de Albarracín cuyos términos integran la Reserva de Caza de los Montes Universales reclaman al Gobierno aragonés, gestor de este espacio, mayores compensaciones económicas por los daños que ocasionan los ciervos. Afirman que a estos se han sumado en los últimos años jabalíes, corzos y gamos que igualmente destrozan sus cultivos, sobre todo en años como 2022, en el que la sequía redujo el alimento en los montes empujándolos a buscar sustento en los campos de labor cercanos a los pueblos.

Una docena de agricultores que se declaran "hastiados" han contratado a peritos agrónomos que, según explican, han tasado los daños por animales en sus cosechas hasta siete veces por encima de la valoración económica oficial, por lo que han comunicado a la DGA su desacuerdo con las indemnizaciones que reciben y exigen que estas se eleven hasta coincidir con sus cálculos. Para evidenciar el destrozo de la fauna silvestre en sus campos de cereal, han vallado pequeñas superficies –25 metros cuadrados– a las que los animales no pueden entrar, permitiendo que las espigas crezcan "el doble" que fuera del acotado.

Los agricultores han aislado zonas en sus campos para probar el daño de la fauna, pues allí donde no entran los animales las espigas crecen más.
Los agricultores han aislado pequeñas zonas en sus campos para probar el daño de la fauna, pues allí donde no entran los animales las espigas crecen más.
Heraldo

"No puedo aguantar más; en una noche, una manada de ciervos me destroza el patatar y luego la DGA nos paga tarde y mal, sin intereses", lamenta Roberto Soriano, de Guadalaviar. "A los pocos que quedamos en los pueblos nos están haciendo la vida imposible", añade. Este agricultor asegura que, mientras él ha vendido habitualmente el kilo de sus patatas a un precio que oscila entre 0,80 y un euro, la Administración le paga las pérdidas "a solo 10 ó 12 céntimos por kilo".

Otro agricultor, Pedro Montón, de Orihuela del Tremedal, lamenta que el destrozo de la fauna "es muy grave". Relata que los meses de marzo y abril, cuando la siembra florece, los ciervos, en manadas de hasta 100 individuos, entran a sus campos "todas las noches", dejando las espigas a la mitad de su tamaño. "El campo son muchas horas de trabajo y ahora con la subida del precio del gasoil, las semillas y los abonos, es imposible sobrevivir así", subraya.

«Me rompen la alambrada»

Un vecino de Guadalaviar, Alberto Lozano, quien compró una finca para criar caballos como afición, denuncia que la fauna silvestre está echando por tierra su ‘hobby’. "Los ciervos me han roto la alambrada 4 veces en 10 meses", protesta. Explica que los animales "tienen hambre" y entran a comerse la avena que pone a los caballos. "Estoy harto de no poder disfrutar de mis tierras", dice.

Desde el Gobierno aragonés señalan que, tras diversas reuniones con los afectados, se incorporarán mejoras en la medida agroambiental de la PAC (Política Agraria Común) destinada a mantener la agricultura en zonas de alta presencia de mamíferos silvestres para el periodo 2023-2027. La acción tiende a evitar la tramitación de expedientes de reclamación patrimonial de daños a la DGA. El programa se aplicará también a la Reserva de Caza de las Masías de Ejulve.

Así, el importe de la prima por hectárea pasa de 130 euros a 175 euros y se incrementa la superficie de actuación en 50 hectáreas en Orihuela del Tremedal. Además, el pago estaba limitado a 60 hectáreas por propietario y ahora este límite desaparece. Añade la DGA que los propietarios de terrenos están en proceso de configurarse como asociación, lo que les permitiría percibir el 40% de los ingresos que genera la reserva

A cambio, los agricultores vallarán sus fincas para evitar que los ciervos entren, aportarán sal y comida en el interior del monte, realizarán algunas siembras a fondo perdido y contribuirán a la contratación de personal para acompañar a cazadores, intensificando la caza y bajando la población de ciervos.

Sin embargo, algunos agricultores que participaron este viernes en la última de estas reuniones manifestaron que las nuevas medidas "no son suficientes" y que, por tanto, mantendrán su reivindicación. "Aún perdemos dinero; no nos interesan", dijo uno de ellos. Otro afectado reprobó que, ante un desacuerdo con la DGA, la única salida sea una reclamación patrimonial, "porque poner en marcha esta solución supone un coste elevado para el ciudadano".

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