El Congreso Nacional del Toro de Cuerda celebrado este fin de semana en Teruel no pudo tener un suceso más inesperado en su último día. El Torico, la insignia absoluta de la ciudad y orgullo de los vecinos, se estrelló este domingo contra el suelo sufriendo gravísimos daños. Como en una pesadilla, la plaza que lleva su nombre, el salón noble en el que son recibidos los turistas, ofrecía una imagen catastrófica, nunca vista antes. Una bomba en 1937 hizo caer la figura, que fue retirada de nuevo de su pedestal en 2003 para ser restaurada, pero salvando esos episodios, el monumento ha permanecido erguido, como faro de la ciudad, desde su construcción en 1858.

El accidente se produjo sobre las 7.00 de la mañana, cuando cuatro operarios municipales retiraban, subidos en la cesta de una grúa, las 23 cuerdas -una por cada municipio participante en el congreso- que había anudadas a un aro metálico que rodeaba la columna en su parte más alta y que acababan en los balcones de las casas de la plaza, en un diseño radial. En un instante, en medio de un gran estruendo, el pedestal se desplomó chocando contra un bolardo de la fuente y partiéndose en dos. La figura del Torico rodó por el suelo rompiéndose por sus cuatro patas y por uno de sus cuernos.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, atribuyó el desastre a que el hierro que sujetaba interiormente las piezas de la columna "estaba podrido". A ello se sumó que, al desatarse las cuerdas de un lado, las del otro hicieron tensión, provocando que el Torico se precipitara desde una altura de siete metros, explicó la regidora. Buj, muy afectada por lo ocurrido, destacó, en tono positivo, que "ha sido un accidente y, por suerte, no ha habido que lamentar ningún daño personal".

Los turolenses no daban ayer crédito a lo que veían sus ojos. La noticia corrió como la pólvora desde primera hora de la mañana y fueron muchos los que acudieron rápido a la plaza del Torico para saber si el mensaje recibido era real o se trataba de una broma acompañada de un fotomontaje. A la mente de todos acudió la proximidad de las fiestas del Ángel, más ansiadas que nunca tras dos años de ausencia por la covid. En apenas 15 días, el 8 de julio, está previsto que dos mujeres peñistas trepen por la columna para poner el pañuelo al Torico, dando el pistoletazo de salida a los actos de la Vaquilla.

Emma Buj garantizó que "para la puesta del pañuelico, esta fuente va a estar arreglada y volverá a lucir con el esplendor de siempre". E intentó quitar hierro a lo ocurrido. "Esta fuente ha sufrido a lo largo de su historia varias reparaciones", destacó. "Si hubiera ocurrido el día de la Vaquilla hubiera sido un desastre", remachó.

Antonio García

Las piezas ya han sido enviadas a dos empresas para su reparación. Del Torico se hará cargo Tamaconsa, si bien ella enviará la figura a una empresa especializada de Zaragoza. La columna ha sido derivada a Mármoles Llorens, cuyo gerente, Jesús Llorens, visitó ayer personalmente la plaza para conocer el contexto en el que se había producido el siniestro.

"Vamos a restaurar esta obra echando leches, sin ningún problema, la vamos a dejar igual que estaba", afirmó Llorens, quien recordó que hace 14 años ya tuvo que reparar la columna sobre la que se asienta el Torico. "Las cosas se arreglan y no pasa nada", dijo, rotundo, en presencia de Emma Buj, en un intento de mitigar la preocupación que padecía la alcaldesa.

El concejal de Infraestructuras, Juan Carlos Cruzado, en contacto con los cuatro operarios municipales que retiraban las sogas, afirmó que a estos les era imposible ofrecer su testimonio, pues "no tienen hoy cuerpo para nada".