La Fundación Santa María de Albarracín está consolidando su trabajo de restauración de bienes artísticos fuera de la provincia de Teruel. Tras finalizar una intervención integral en la capilla de San Andrés de la iglesia de las Nieves de Rueda de la Sierra, en la vecina comarca de Molina de Aragón (Guadalajara), la institución podría recibir próximamente otros cuatro encargos del mismo territorio.

Se trataría, como explica el gerente de la fundación, Antonio Jiménez, de la recuperación de retablos del Obispado de Sigüenza-Guadalajara. La institución religiosa ya ha preguntado a la entidad de Albarracín cuánto costaría rehabilitar estas obras de arte.

El ajustado coste de las actuaciones, junto con una experiencia de 25 años, estarían, a juicio de Jiménez, en la base de la expansión de la Fundación Santa María de Albarracín. El organismo, con 22 empleados, se ha afianzado como un proyecto de emprendimiento apoyado por el Gobierno aragonés, el Obispado de Teruel y Albarracín, el Ayuntamiento de Albarracín e Ibercaja.

Jiménez cree que la labor de la fundación está abriendo camino en una comarca, la del Señorío de Molina de Aragón, muy similar a la provincia de Teruel en población y desarrollo y, como esta, con un singular patrimonio histórico en el que "hay mucho por hacer" en materia de restauración.

La recuperación de la capilla de San Andrés de Rueda de la Sierra ha marcado un hito en el trabajo de la fundación, que ha tenido que buscar solución a las patologías que presentaban los distintos elementos del lugar, desde las bóvedas a los pavimentos pasando por los muros y el retablo. Han sido necesarios ocho meses de trabajo y un presupuesto de 80.000 euros.

La fundación comenzó su andadura hace 25 años restaurando edificios y arte mueble de Albarracín, si bien en la actualidad trabaja también en la capital turolense y en la comarca del Maestrazgo sumándose de manera firme en los últimos meses la provincia de Guadalajara.