Teruel

La Fundación Santa María de Albarracín recobra la vitalidad y ampliará plantilla en 2022

La entrada del grupo Térvalis y la mayor actividad de restauración patrimonial prevista, suman fondos a la institución 

El obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué, participó este viernes por primera vez en la reunión de la fundación. Al fondo, el resto de los patronos.
El nuevo obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué, participó este viernes por primera vez en la reunión de la fundación. Al fondo, el resto de los patronos.
Jorge Escudero

La Fundación Santa María de Albarracín, referente en la restauración del patrimonio arquitectónico y de obras artísticas, recobra la vitalidad tras años difíciles. Después de un 2019 en el que perdió ayudas ante unos presupuestos autonómicos prorrogados sin inversiones y dos años a medio gas por la pandemia, la institución estrena 2022 con un 25% más de ingresos y la necesidad de ampliar plantilla para hacer frente a todos los encargos.

La entrada del grupo Térvalis al patronato de la fundación supone una inyección de 200.000 euros al año, lo que, unido a la mayor actividad prevista, elevará a alrededor de un millón de euros el presupuesto, frente a los escasamente 800.000 euros de 2021. El presidente de Térvalis, Generoso Martín, que este viernes participó por primera vez en la reunión ordinaria de la entidad, declaró que el objetivo de su colaboración es crear empleo "dignísimo" que sirva para mejorar el patrimonio de Teruel.

El gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, explicó que la previsión es contratar de cuatro a cinco trabajadores entre albañiles y restauradores. La entidad tiene ahora 22 empleados, "una buena cifra en un pueblo de solo 1.000 habitantes", destacó Jiménez. Presidida por el exvicepresidente del Gobierno de Aragón José Ángel Biel, la institución está ampliando su radio de acción y ya no solo restaura obras en Albarracín, sino también en la capital turolense, el Maestrazgo y el Bajo Aragón. Sus próximos proyectos son la recuperación de dos fuentes y de la Escalinata del Óvalo en Teruel.

La fundación pone en marcha este año dos nuevos cursos, uno sobre técnicas constructivas con materiales tradicionales y otro sobre paisajes culturales que se suman a los que ya existen. Frente a los poco más de 3.000 alumnos que pasaron en 2021 por los seminarios, este año se esperan entre 4.000 y 5.000 personas.

La consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, que acudió a la reunión en representación de la DGA, destacó que la fundación "debería buscar más aportaciones del sector privado" y subrayó que la entrada de Térvalis permitirá a la entidad "traspasar fronteras". 

El obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué, quien tomó posesión de su cargo el pasado mes de septiembre y también participaba por primera vez en la reunión del patronato, estimó que la fundación Santa María de Albarracín es un ejemplo de colaboración entre instituciones que podría ayudar a mantener las iglesias de los pueblos, muchos de ellos, "con muy poca gente, pero con templos que son casi catedrales".

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