Teruel

El Ayuntamiento de Galve pedirá a las empresas que sus nuevos empleados vivan en el pueblo

La escuela ha perdido siete alumnos en solo cinco años y los vecinos quieren poner freno a la despoblación

Galve, en la comarca Comunidad de Teruel, fue pionera en el hallazgo y conservación de fósiles de dinosaurio.
Galve, en la comarca Comunidad de Teruel, fue pionera en el hallazgo y conservación de fósiles de dinosaurio.
Laura Uranga

El Ayuntamiento de Galve ha decidido adoptar medidas para frenar los graves indicios que apuntan a una pérdida de población en la localidad, famosa por ser pionera en el hallazgo y conservación de restos fósiles de dinosaurios. Con 160 vecinos y tras una época dorada en la que muchas parejas jóvenes se establecieron en el pueblo, la escuela ha empezado a perder alumnos, lo que ha generado una profunda preocupación entre los habitantes.

"En menos de cinco años, el colegio ha pasado de tener 25 escolares a solo 18; algo tendremos que hacer", advierte el alcalde, Francisco Sangüesa. Los datos contrastan con los de hace apenas cuatro años, cuando hubo que construir un aula nueva para dar cabida al aumento de niños, lo que convirtió a Galve en un caso singular en la provincia de Teruel. Entonces, el turismo de dinosaurios y la industria agrícola y ganadera crearon empleo, haciendo que los jóvenes se quedaran en la localidad y crearan su propia familia.

Ahora, el Ayuntamiento pedirá a las empresas radicadas en el municipio y a algunas de gran tamaño implantadas en la comarca que, a la hora de contratar nuevos trabajadores, den prioridad a aquellos que estén dispuestos a quedarse a vivir en Galve. Sangüesa explica que, para ello, se dirigirá a la empresa que explota las minas de arcilla en la propia localidad y a Huevos Guillén, abierta hace dos años en Perales del Alfambra, en cuyas granjas ya trabajan algunos vecinos de Galve.

"Hay fórmulas para incentivar a la gente a que se quede en las localidades y una de ellas, lógicamente, es proporcionarle un puesto de trabajo", afirma el alcalde de Galve. "Las empresas –añade Sangüesa– pueden puntuar más alto a los aspirantes que quieran vivir en los pueblos o que esto sea un requisito para optar al trabajo".

Por otro lado, el Ayuntamiento de Galve acaba de comprar dos grandes casas antiguas en la localidad que va a convertir en pisos y apartamentos de alquiler. Ha pagado por ellas 113.000 euros y espera contar con apoyo económico de la Diputación Provincial de Teruel (DPT) para convertirlas en seis o siete viviendas.

"Tenemos que poder ofrecer una casa digna a aquellas parejas jóvenes con hijos que quieran residir en Galve", destaca Francisco Sangüesa. "De alguna forma hay que cortar este goteo de pérdida de población que está restando niños a la escuela", agrega el regidor.

Según explica, la disminución del número de vecinos es una consecuencia de la crisis que atraviesa la ganadería, que está haciendo que cada vez haya menos rebaños y, por tanto, menos pastores en el pueblo. Generalmente, del cuidado de la cabaña ganadera se ocupan hombres jóvenes que tienen hijos pequeños y que ahora se ven obligados a emigrar por falta de trabajo.

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