La feria de la trufa de Sarrión, escaparate de una actividad agrícola convertida en revulsivo económico para gran parte de la provincia turolense, vuelve a abrir este sábado sus puertas tras un año suspendida por la pandemia. Aún así, debido a los preocupantes datos de incidencia de covid, el certamen se ha adaptado a la situación limitando el aforo interior a 500 personas, estableciendo un circuito de entrada y salida y prohibiendo comer dentro del recinto. Las tradicionales tapas elaboradas con el preciado hongo por la Asociación de Mujeres de Sarrión se servirán envasadas para llevar a casa.

Este salón de la trufa, que podrá visitarse hasta el próximo día 6, contará con más de 40 expositores, de los cuales alrededor de 15 venderán el aromático hongo mientras que el resto ofrecerán productos de la zona elaborados con trufa, maquinaria agrícola, cría y adiestramiento de perros truferos o plantones de encina micorrizada, junto a cuyas raíces crece la trufa negra.

En esta edición, como explica el vicepresidente de la Asociación de Truficultores de Teruel (Atruter), Rafael Doñate, la trufa podría alcanzar un precio de entre 800 y 1.000 euros el kilo, teniendo en cuenta que la que se vende en la feria de Sarrión es “la más selecta”, o lo que es igual, “la más redondeada y aromática”, mientras que en otros mercados el coste puede ser inferior. Además, unos pocos gramos son suficientes para transformar un plato convencional en extraordinario, destaca Doñate.

El año pasado, debido al cierre de la hostelería por la covid, el coste del kilo de trufa cayó por debajo de los 500 euros. A cambio, el precio más asequible de este producto hizo que llegara a muchos más hogares, que descubrieron las cualidades gastronómicas del hongo y lo incorporaron a su dieta.

La campaña de recolección de trufa negra, que empezó hace 15 días y durará hasta marzo, resulta prometedora, según destaca la técnico de Atruter, Isabel Doñate, pues llovió bastante en verano y ahora hace frío, dos circunstancias necesarias para una buena producción y maduración del hongo. En la provincia hay alrededor de 500 truficultores con cerca de 10.000 hectáreas en producción, si bien la cifra crece constantemente. “No hay semana que no surjan nuevos campos de trufa negra”, señalan desde Atruter.

La feria de Sarrión, que este sábado a mediodía será inaugurada por el vicepresidente y consejero de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial, Arturo Aliaga, y la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno aragonés, Mayte Pérez, reabre con la vista puesta en el futuro centro de interpretación de la trufa. El edificio que albergará este museo, construido en una parcela del polígono industrial de la localidad, está prácticamente terminado y a la espera de su equipamiento, por lo que el centro podría empezar a funcionar en 2022.

Para el presidente de la Feria Internacional de Trufa (Fitruf) de Sarrión, Alberto Fontestad, la apertura del centro de interpretación será el momento de celebrar el 20 aniversario de este certamen, que se cumplió el año pasado, pero no pudo conmemorarse con la brillantez merecida a causa de la covid.