Teruel

entrevista

José Antonio Satué: “La Iglesia lleva mucho tiempo luchando contra la despoblación”

El nuevo obispo de Teruel desembarca desde Roma para hacerse cargo de la Diócesis. Dice que quiere quedarse muchos años

José Antonio Satué, ante el edificio del Obispado de Teruel y Albarracín.
Antonio García/Bykofoto

Ha pasado casi un mes desde su ordenación episcopal y nombramiento como obispo de Teruel y Albarracín y ha visitado algunas localidades de la provincia. ¿Qué impresión le ha causado el territorio?

Han sido unas semanas apasionantes. En este tiempo, he percibido que en el territorio de la provincia hay muchos ‘Terueles’, mucha riqueza humana y mucha belleza. Teruel es muy diversa.

Procede también de una zona rural, la Hoya de Huesca, pero menos agreste y seca que la de Teruel. ¿Ve futuro para los pueblos turolenses?

Veo futuro en la medida que asumamos los valores espirituales que han identificado a nuestros pueblos, que propician un estilo de vida más sano y familiar, y dejemos de aspirar a las ventajas que ofrece la ciudad. También me parece necesario que las zonas rurales tengan buenos servicios y, sobre todo, puestos de trabajo.

¿Cómo puede el Obispado sumarse a la lucha contra la despoblación que tantos problemas está trayendo, como la falta de infraestructuras de comunicación y de medios sanitarios?

La Iglesia diocesana lleva mucho tiempo luchando contra la despoblación, haciendo grandes esfuerzos para mantener vivas las comunidades parroquiales de nuestros pueblos, mediante las celebraciones religiosas, el cuidado del patrimonio cultural, la promoción de la solidaridad, la cercanía a las personas mayores, enfermas… Y sigue dispuesta a apoyar iniciativas concretas, promovidas por instituciones, asociaciones o laicos cristianos comprometidos, que buscan el desarrollo del mundo rural.

La provincia pertenece a dos diócesis, lo que no contribuye a la unidad territorial y resta fuerza poblacional. ¿Sería posible unificarla?

Lo importante es que, más allá de los límites provinciales o diocesanos, sepamos trabajar coordinadamente, en red. De hecho, en las diócesis aragonesas, el trabajo común tiene una larga tradición, que ha dado excelentes frutos, y supone una realidad esperanzadora. No debemos descartar un cambio de límites diocesanos, pero ahora mismo hay prioridades más urgentes.

En la capital turolense, el Obispado ha remodelado el Museo Sacro y planea un nuevo espacio expositivo en la Catedral, donde cada vez más visitantes acuden a ver la techumbre mudéjar. ¿Este modelo de aprovechamiento del patrimonio artístico podría exportarse a localidades pequeñas?

En muchas localidades el patrimonio religioso ya es uno de los principales activos turísticos. ¡Ojalá sepamos valorar y dar a conocer más y mejor la riqueza humana, espiritual, cultural y paisajística de los pueblos de nuestra tierra!

La arquitectura religiosa en la extensa zona rural turolense está muy deteriorada y hace falta mucho dinero para mantenerla en pie. ¿Qué soluciones ve?

Hay que reconocer y agradecer el esfuerzo que ha venido haciendo la Diócesis con la valiosa ayuda de instituciones públicas y privadas. En esta línea podemos seguir avanzando, para que el patrimonio arquitectónico religioso de nuestros pueblos siga siendo un orgullo para sus habitantes, un atractivo para posibles visitantes y el lugar de encuentro de los que viven y celebran la fe.

¿Se va a quedar mucho tiempo? La capital turolense se ha hecho experta en organizar ceremonias de ordenación episcopal, ya que, generalmente, los obispos se ordenan en Teruel y a los pocos años se marchan a otro destino.

Me gustaría estar muchos años, de modo que en la Diócesis haya la continuidad necesaria para avanzar en los proyectos que ya están en marcha y en otros que veamos necesario impulsar, desde la luz que nos proporciona la sinodalidad.

Durante la ceremonia de su ordenación en la Catedral de Teruel hubo poco calor popular en la calle, ¿le preocupa?

Con dolor, tanto la Diócesis como un servidor pedimos a muchas personas que no vinieran a la Catedral y siguieran la celebración por la televisión o la radio, en un momento en que las cifras de la pandemia eran mucho más crudas que las actuales. En todo caso, fue un día en el que me sentí especialmente arropado y querido.

¿Qué proyectos e iniciativas trae para Teruel?

Avanzar por el camino que el Papa Francisco ha señalado para toda la Iglesia y que se resume con la palabra que acabo de mencionar: sinodalidad. Hemos de escucharnos y escuchar a todos, caminar juntos, trabajar juntos, decidir juntos, revisar juntos y celebrar juntos, de acuerdo a los dones recibidos y a la vocación específica de cada uno.

Acaba de salir a la luz una investigación hecha por obispos católicos franceses que concluye que la Iglesia de Francia habría abusado de miles de menores en los últimos 70 años. ¿Vislumbra alguna solución para un problema que afecta a comunidades religiosas de varios países?

En mis años de trabajo en el Vaticano, he sido testigo del trabajo serio de la Iglesia para hacer frente a esta lacra tan dolorosa y vergonzosa, que afecta a la misma Iglesia, a las familias y a tantas otras instituciones. La investigación promovida por los obispos franceses es un signo más de que la Iglesia está comprometida en el esclarecimiento de la verdad y el apoyo a las víctimas. Este es el camino a seguir.