Teruel

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El arca de Félix Romeo llena de libros y de amor el fondo del pantano de Lechago

Un cofre con 140 obras donadas por artistas y dedicadas al escritor, fallecido hace 10 años, es sumergido en el embalse para nuevas generaciones

El autor de la pieza, el escultor José Azul -con sombrero-, ayuda en las labores de inmersión del cofre.
Jorge Escudero

Los vecinos de Lechago han sido testigos este sábado de un hecho inédito en la historia de la humanidad. En las aguas del pantano de esta pedanía de Calamocha ha sido sumergida un arca con 140 obras, la mayoría de ellas libros, dedicadas al escritor y crítico literario aragonés Félix Romeo al cumplirse 10 años de su muerte.

Como indicó la escritora Irene Vallejo, Premio Nacional de Ensayo en 2020 por su libro ‘El infinito en un junco’ y una de las participantes en el singular evento, existen bibliotecas en todo tipo de lugares extraños, "en lo alto de las montañas y en el espacio sideral, pero ninguna submarina, más allá de la del Nautilus, sumergida en nuestra imaginación".

La inmersión del cofre no estuvo exenta de dificultades técnicas. Para sorpresa de los organizadores, la pieza, una obra del escultor y amigo de Romeo José Azul hecha a partir del vaso de una hormigonera y bautizada como ‘Félix. Bomba de amor’, flotaba en el embalse, lo que obligó a improvisar un lastre –bidones llenos de arena– que arrastró hasta las profundidades de las aguas el curioso artefacto.

Expectación para ver la inmersión del cofre en las aguas del embalse de Lechago.
Jorge Escudero

El acontecimiento resultó surrealista de principio a fin, como hubiera querido el escritor homenajeado, descendiente de Lechago por línea paterna. Así lo destacó el cineasta –también de Lechago y organizador del acto– Luis Alegre. "Todo encaja en este momento inolvidable y cargado de emoción –dijo–. Cumplimos el sueño de Félix en una provincia donde nacieron el rey de la fantasía, Segundo de Chomón, y el rey del surrealismo, Luis Buñuel".

El propio embalse, proyectado en tiempos de Primo de Rivera y aún sin usar para regar campos, parecía un escenario irreal. Sobre uno de sus puentes y bajo el sol de agosto dio un concierto el aragonés Ángel Petisme. En un extremo de la pasarela, aguas, cervezas y limonadas "a un euro más la voluntad" para aplacar la sed y ayudar a la Asociación Amigos de Lechago a promover actividades que eviten el olvido de un pueblo que a punto estuvo de desaparecer bajo las aguas del pantano. Fue esta amenaza, no cumplida, lo que hizo nacer en Romeo la estrambótica idea de una biblioteca sumergida, que este sábado se ha hecho realidad.

Una larga lista de escritores y artistas han donado obras para el batiscafo de Félix. Allí están David Trueba, Antonio Resines o José Sacristán, que firma su dedicatoria como ‘el hijo de la comedianta’, en alusión a su trabajo en la película ‘Viaje a ninguna parte’. El mensaje póstumo del escritor Bernardo Atxaga al homenajeado es "Ojalá haya otra vida, Félix Romeo". Espido Freire también depositó una obra.

La próxima cita en Lechago es dentro de 47 años, al cumplirse el centenario del nacimiento de Romeo. Se espera que, entonces, una nueva generación deposite otra cápsula del tiempo y abra la de Félix, descubriendo cómo era el Planeta a principios del siglo XXI.