Multitud de jóvenes esperaban este miércoles en la plaza Mayor de Cella el inicio de las fiestas con la mirada puesta en el amenazante cielo y con los chubasqueros en la mano "por si acaso". Las inclemencias del tiempo retaban a los cellanos y cellanas a continuar en el centro del casco urbano, donde solo se atrevían a mojarse los más pequeños. Pero de ahí no se movió nadie hasta que la espuma salió del cañón e inundó la plaza. La lluvia se portó bien y dio una tregua a los vecinos durante la fiesta de la espuma, la traca y el pregón, aunque en el pasacalles con la charanga volvieron a mojarse.

Cuando el cohete lanzado desde el ayuntamiento estalló en el cielo, los gritos de emoción de los presentes confirmaron lo que el volteo de campanas en la iglesia había anunciado por la mañana: las fiestas patronales en honor de San Clemente habían llegado. No solo el cohete explotó, también los cientos de petardos de la traca, que coincidieron con los primeros acordes de la charanga de la localidad, Kambalache. Con espuma en la ropa, cerveza en mano y los chubasqueros ondeando por encima de la cabeza, los vecinos abandonaron una plaza repleta para recorrer las calles de Cella.

La gran cantidad de jóvenes que había en la puerta del ayuntamiento, aun con la lluvia, se debe al incremento de población de este verano. "El pueblo se ha multiplicado por tres, posiblemente sea el año que más gente haya", destacó el alcalde de la localidad, Juan Sánchez. Este aumento de veraneantes se notará este viernes en la fiesta de las peñas y en el desfile de disfraces. La tarde del viernes es muy especial para los cellanos porque se organiza entre dichas agrupaciones festivas y la Comisión de Fiestas. "Se han confirmado ya 27 peñas que desfilarán disfrazadas hasta la plaza de toros. Este año la temática es el circo y es el primero que hay cifras tan altas de participación", explicó Rocío Pascual, presidenta de la Comisión y teniente de alcalde.

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