Cascante del Río, "la villa más tranquila del mundo" como la llaman sus vecinos, despidió este lunes sus fiestas patronales en honor de la Santísima Trinidad y San José. Esta pequeña localidad turolense, que emerge entre la naturaleza, espacios abiertos y que posee hasta un campeonato mundial de lanzamiento de carretilla, rompió el viernes su tranquilidad durante un fin de semana festivo con actos para todos los públicos.

Ningún vecino quería despedirse este lunes de los días más esperados del año, por eso la programación fue de lo más variada, sin un minuto de descanso para sus habitantes. El día comenzó temprano con ritmo de charanga alrededor de todas las calles del municipio. Los actos más tradicionales llegaron poco después. El primero, la santa misa y procesión del Santo por el pueblo. Después, el habitual y esperado vermú en la plaza para terminar con la comida popular, que reunió a gente de todas las edades.

Por la tarde, los más pequeños se pintaron la cara en el frontón y jugaron sin descanso hasta la sesión musical de la mano de la orquesta Shadow, la misma que actuó por la noche antes de la discomóvil.

La verbena nocturna de este lunes no fue como la del resto de los días, fue si cabe más especial, porque los que bailaban no eran los vecinos del pueblo, sino superhéroes. La razón de los disfraces con superpoderes fue la noche temática reservada para los adultos, que aprovecharon al máximo el fin de fiestas porque son muchos los que este martes, tras la presentación del libro ‘El desván de Villa Serena’ de la autora cascantina M. C. Hito, tengan que dejar el encanto del paisaje que rodea al casco urbano hasta el próximo mes de agosto.

Cascante del Río: el veraneante que decidió quedarse en el municipio