50 pacientes con vértigos van cada año a Zaragoza por falta de instrumental

El Obispo Polanco carece de un dispositivo avanzado para determinar la causa de los mareos.

El otorrino Betances, con las gafas Frenzel -a la izquierda- y el prototipo por él diseñado.
El otorrino Betances, con las gafas Frenzel -a la izquierda- y el prototipo por él diseñado.
Javier Escriche

Medio centenar de pacientes del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Obispo Polanco de Teruel son derivados cada año al Miguel Servet de Zaragoza por falta de instrumental que ayude a los médicos especialistas a determinar la causa de los mareos y a aplicar el tratamiento adecuado.

El hospital cuenta con unas gafas Frenzel, en esencia, unas lentes de aumento que permiten al facultativo detectar y estudiar el nistagmo, el movimiento involuntario que se produce en los ojos cuando el paciente está sufriendo mareos. Si el nistagmo es horizontal y oblicuo, apunta a que el origen de la patología podría estar en el sistema auditivo, lo que se conoce como vértigos periféricos. Si es vertical, la causa podría encontrarse en el cerebro y reviste mayor gravedad.

Sin embargo, la tecnología para hallar la causa de los mareos ha avanzado mucho y en el mercado se encuentra un dispositivo llamado V-HIT capaz de medir también el impulso de la cabeza en un paciente con vértigos, así como grabar en vídeo y reproducir el nistagmo en un ordenador dotado de un programa informático específico para su análisis, lo que da más precisión al diagnóstico. Este aparato, solicitado desde hace tiempo por el Servicio de Otorrino del Obispo Polanco, cuesta más de 15.000 euros y no existe hoy por hoy en el hospital turolense.

Desde el Departamento de Salud del Gobierno aragonés indicaron esta semana que el dispositivo V-HIT "no está entre las prioridades inmediatas de compras del hospital".

Otorrinolaringología, cerrada

La falta de instrumental avanzado no es el único problema del Servicio de Otorrinolaringología de hospital turolense. La Unidad está cerrada desde el pasado jueves, cuando la única especialista que quedaba –los otros dos faculativos cambiaron de destino hace 15 días– cogió una baja por estrés y depresión.

El gerente del sector sanitario de Teruel de la DGA, José Ignacio Escuín, afirmó esta semana que el Salud está intentando "por todos los medios" que un otorrino a jornada completa pueda reabrir la consulta este lunes mismo. Destacó, además, que especialistas de hospitales de Zaragoza hacen guardias localizadas los fines de semana en el Obispo Polanco desde el pasado viernes.

Escuín negó que estos otorrinos desplazados a Teruel cobren el triple que los locales. Explicó que las guardias de fin de semana se pagan a 1.000 euros "para todos", si bien los de Zaragoza perciben 400 euros por alojamiento y manutención y otra cantidad por el combustible para el viaje.

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