Aparecen goteras en el Palacio de Justicia de Teruel, recién reformado

La DGA dice que el agua ha entrado por elementos ajenos a la remodelación en los que ahora se intervendrá

Una de las goteras en el remodelado Palacio de Justicia
Aparecen goteras en el Palacio de Justicia de Teruel, recién reformado
Heraldo

El sindicato CSIF ha denunciado la aparición de goteras en cuatro de los ocho despachos acondicionados en la última planta del Palacio de Justicia de Teruel, cuyas obras de remodelación, con un coste de 2,6 millones de euros, acaban de ser recibidas por el Gobierno aragonés tras su reciente finalización.

En los próximos días está previsto que se trasladen a estas nuevas dependencias los ocho empleados del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que desde finales de 2016 están ubicados provisionalmente en un edificio de la DGA en la zona del Ensanche, la Casa Blanca, con motivo de las obras desarrolladas en el Palacio de Justicia.

“Estas deficiencias de construcción no deberían de ocurrir y delatan falta de profesionalidad”, critica el portavoz de los trabajadores del Juzgado de Teruel por el CSIF, Antonio Salvador. “No es normal que en un edificio nuevo haya goteras”, añade.

Desde el Gobierno aragonés, titular del inmueble, explican que las goteras, a las que consideran “de pequeña envergadura”, se han producido por una filtración en la claraboya y afirman que ya están siendo reparadas. Señalan que hace unos meses ya aparecieron goteras en una zona cercana que también fueron arregladas y subrayan que “cualquier tipo de incidencia que vaya surgiendo se irá reparando, como ocurre en todos los edificios nuevos”.

Las mismas fuentes de la DGA puntualizan que el agua que ha entrado a la última planta del Palacio de Justicia lo ha hecho a través de elementos ajenos a la reforma, como las claraboyas y la chimenea, que ya existían y que no han sido reformados, si bien ahora se intervendrá en ellos.

El CSIF critica también que los nuevos despachos acondicionados para el IMLA son incómodos para los trabajadores, pues tienen el techo abuhardillado y, en algunos casos, hay una viga a cara vista que resta mucho espacio.

Antonio Salvador reclama que los empleados del IMLA puedan regresar a la Casa Blanca una vez que este edificio del barrio del Ensanche, levantado en los años 70 del siglo XX y totalmente obsoleto, sea sometido a una remodelación integral. El representante sindical destaca que la mayor superficie que existe en este inmueble respecto al Palacio de Justicia permitiría a los médicos forenses realizar allí las autopsias, una tarea que ahora deben practicarla en el hospital San José.


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