Los ciudadanos de Teruel han iniciado su particular batalla para lograr que el futuro hospital de Teruel cuente con una unidad de radioterapia que evite a los pacientes con cáncer los penosos desplazamientos a Zaragoza o a Valencia. En ocasiones, los enfermos tienen que recorrer a diario durante hasta 4 semanas entre 200 y 300 kilómetros en una ambulancia colectiva para recibir el tratamiento curativo.

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) junto con la Federación de Asociaciones Vecinales de la capital han puesto en marcha una recogida de firmas para reclamar al Gobierno aragonés que dote al nuevo hospital –aún no han comenzado las obras– de un acelerador lineal básico ‘satélite’ o dependiente del Servicio de Oncología Central de Zaragoza. La campaña cuenta con el respaldo del Ayuntamiento y de las dos asociaciones de comerciantes de la ciudad -Centro Histórico y Ensanche-, que tendrán en sus establecimientos hojas para recoger los apoyos.

El primer teniente de alcalde, Jesús Fuertes, dijo ayer que la DGA "tiene que instalar radioterapia" en el hospital actual o en el nuevo porque Teruel "no puede esperar más". "Hay pacientes que renuncian al tratamiento por no sufrir el trastorno de viajar durante horas todos los días para cinco minutos de terapia", denunció Fuertes. "La capital no puede quedar al margen de los avances médicos", agregó el edil.

Por su parte, el concejal de Servicios Sociales, Joaquín Tomás, criticó que los turolenses "están en situación de desigualdad con otras ciudades de Aragón, en este caso Zaragoza, pero luego en cuestión de impuestos somos todos iguales". Tomás animó a los ciudadanos "a firmar" y pidió celeridad para las obras del hospital, aún sin proyecto definitivo tras más de una década de trámites.

El presidente de la AECC en Teruel, Joaquín Larramendi, recordó que la comunidad científica recomienda que los desplazamientos para recibir radioterapia no superen los 45 minutos ‘puerta a puerta’, un plazo que se incumple en la provincia. Señaló que los médicos de Teruel no prescriben a sus pacientes esta terapia en su vertiente paliativa porque "no compensa" las molestias del viaje. Según dijo, el hospital de Reus (Tarragona) tiene una unidad de radioterapia satélite en Tortosa cuyo coste ha sido amortizado en tan solo cinco años al permitir a la Administración ahorrarse los gastos de desplazamiento de los enfermos.

El presidente de la federación vecinal, Pepe Polo, destacó que los pacientes no se encuentran en condiciones de viajar en transporte colectivo. "Están nerviosos, afectados, cansados, y la ambulancia tiene que ir parando en cada pueblo para dejar o coger gente", dijo. Relató que, a veces, hay enfermos que vomitan y, otras, hay un fallecimiento y el viaje prosigue con el cadáver en el vehículo.