El castillo de Alfambra, una de las fortalezas de la provincia que revistió mayor ocupación a lo largo de la historia, será habilitado para facilitar las visitas, según los planes que baraja el Ayuntamiento de la localidad. Este mismo mes se llevarán a cabo diversas catas arqueológicas que permitirán elaborar un plan director en el que se determinarán las acciones a realizar para rescatar los espacios con más potencial turístico.

El alcalde, Francisco Abril, confía en que se convierta en un importante recurso económico para el municipio, una vez se recuperen algunas dependencias y se lleven a cabo actuaciones para el recrecimiento de diversos tramos de la muralla. Espera que el Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón consigne partidas para el proyecto de la ‘Ruta de los siete castillos’ –en la que está integrado el recinto de Alfambra– en los presupuestos de este año, con objeto de que se pueda iniciar la redacción del plan director, valorado en 14.000 euros.

Está previsto que las catas arqueológicas se desarrollen después de Semana Santa con objeto de conocer la distribución de los restos y sus posibilidades como atractivo turístico. El arqueólogo y director de los trabajos, Javier Ibáñez, explicó que la idea es "poner en valor el conjunto del castillo excavando las partes más interesantes de cara a ser visitado". Agregó que estas excavaciones facilitarán la suficiente información para establecer las estrategias de cara a su restauración parcial.

La fortaleza medieval destaca por su prolongada ocupación, al haber sido utilizada de forma reiterada durante los últimos 4.500 años. Se han detectado vestigios del bronce, de época ibérica e islámica, si bien alcanzó su mayor esplendor durante su utilización por diferentes órdenes militares, como las de Montegaudio, Templarios y Sanjuanistas. Estas características hacen del castillo uno de los más interesantes del sur de Aragón y el más importante del valle del Alfambra, a juicio de Ibáñez. De hecho, la orden de Montegaudio estableció en la fortificación turolense su sede principal durante unos años después de operar en Tierra Santa.

Hace unos quince años se llevaron a cabo pequeñas excavaciones que favorecieron la restauración de algunas de las estructuras más visibles , entre ellas un aljibe que Javier Ibáñez describe como "monumental". "Es una infraestructura medieval única, porque presenta un sistema de decantación del agua muy desarrollado para este tipo de construcciones", aclaró. El arqueólogo sostiene que los restos que ahora se aprecian son solo "la punta del iceberg» de lo que puede deparar una excavación exhaustiva. «Únicamente se ve una mínima parte de las estructuras", añadió.

El vestigio más antiguo del que se detectan sillares conglomerados es una torre de época islámica, sobre la cual se levantan restos vinculados a la ocupación Templaria o Sanjuanista, extremos que serán estudiados para su datación exacta y para lograr una mayor información sobre esta fortaleza.

Javier Ibáñez manifestó que con los datos obtenidos a través de las catas arqueológicas se intentará determinar el interés turístico y cultural de cada una de las infraestructuras que se conservan y la posibilidad de que fueran restauradas.

Los siete castillos

La ‘Ruta de los siete castillos’, donde se integran las ruinas de Alfambra, forma parte de un proyecto impulsado por la Asociación por la Recuperación de los Castillos Turolenses.

La entidad plantea intervenciones paulatinas en siete importantes fortalezas militares, como son las de Monreal del Campo, Alfambra, Alcalá de la Selva, Aliaga, Montalbán, Castellote y Alcañiz, todas ellas representativas de las diferentes órdenes militares con presencia en la provincia . Ya se han editado folletos de las edificaciones y este año se pretende publicar una guía.