La marcha progresiva de especialistas médicos que sufre el hospital Obispo Polanco de Teruel amenaza con dejar reducida a la mitad la plantilla del área de traumatología, compuesta por 10 plazas, en apenas dos meses. Si el Salud no encuentra profesionales para llenar los puestos que queden vacíos, el Servicio podría atravesar una difícil situación, pues es de los que tienen más demanda y mayor lista de espera de pacientes.

De esas 10 plazas, dos están vacantes ya desde hace meses al no haber ningún especialista en huesos dispuesto a instalarse en Teruel y el próximo 15 de enero quedará libre otro puesto al marcharse a Valencia uno de los traumatólogos que trabaja en la capital turolense.

La sangría de profesionales en el servicio de traumatología del hospital turolense continuará, pues el proceso de traslados de médicos abierto por el Gobierno aragonés y a punto de finalizar se llevará a un facultativo más. Por último, otro especialista baraja igualmente marcharse –algo que podría ocurrir el próximo mes de febrero– al no lograr compatibilizar su trabajo en el hospital público con el de un centro privado. Cuando esto suceda, de las 10 plazas del área de traumatología solo estarán cubiertas 5.

Diversas fuentes médicas mostraron ayer su preocupación por la falta de traumatólogos y destacaron que los cinco especialistas que queden deberán asumir una gran sobrecarga de trabajo en consultas así como un aumento del número de guardias al mes –tanto de presencia física como localizadas–, que ahora ya resultan muy elevados.

Según señalaron estas fuentes, con las dos plazas vacantes que existen actualmente, hay facultativos que tienen que ver en una sola mañana hasta 52 pacientes, una cifra que consideran como "una barbaridad". Los traumatólogos, de hecho, remitieron el pasado mes de diciembre una carta a la dirección del hospital en la que incidían en la necesidad de reducir hasta 35 el número de pacientes por especialista en una mañana con el objetivo de ganar en calidad asistencial.

En respuesta a ese escrito, los responsables del centro hospitalario han propuesto, como primera medida, la realización de un triaje que derive pacientes a rehabilitación o a reumatología antes de pasar por la consulta de traumatología y no a la inversa, como ocurre en algunos casos ahora, según indicaron dichas fuentes médicas.

30 minutos de espera

Los enfermos que ayer aguardaban su turno en la sala de espera de consultas externas de traumatología tenían que esperar, como mínimo, 30 minutos, antes de ser vistos por su especialista. "La falta de médicos en Teruel es muy grave y habrá que buscar una solución; esto es un riesgo para la salud", dijo una paciente. "A este paso –continuó– tendremos que desplazarnos a Zaragoza ante la más mínima dolencia, porque aquí no habrá recursos humanos".

No solo hay plazas vacantes en traumatología. En nefrología falta un médico y lo mismo ocurre en urología y en la uci. En radiología, los puestos sin ocupar son dos. Previsiblemente, los huecos en el hospital Obispo Polanco aumentarán en fechas próximas, cuando se resuelva definitivamente el concurso de traslados abierto por el Gobierno aragonés. Dentro de este proceso, 16 médicos del centro turolense –el 10% de la plantilla– han solicitado otros destinos y estos les han sido adjudicados ya, si bien de forma provisional.

Desde la DGA indicaron ayer que ya se han puesto en marcha medidas que permitan cubrir "de manera inmediata" las plazas que queden vacantes en el Obispo Polanco y en otros hospitales aragoneses tras el concurso de traslados. La principal de ellas es la creación de una bolsa de interinos única para Aragón –antes era por sectores hospitalarios– en la que aquellos médicos que rechacen los destinos ofertados pasarán a ocupar el último lugar de la lista.

El sindicato médico CESM en Teruel advirtió de que, si no se pone remedio, la falta de especialistas en la provincia "podría producir un grave deterioro de la sanidad".